La gestión de la centralidad

En política es más complicado conservar la centralidad que alcanzarla; y si te la juegas con los ejércitos de Coalición el grado de dificultad aumenta exponencialmente.

En política es más complicado conservar la centralidad que alcanzarla; y si te la juegas con los ejércitos de Coalición el grado de dificultad aumenta exponencialmente. En el PP lo saben, o puede que no. Son conscientes, o no, de que prolongar su privilegiada posición sobre el tablero requiere una buena gestión de los tiempos. El calendario amenaza con sacarlos de la pista central, devolviéndolos al patio de butacas. La centralidad es a Coalición lo que el almendro al turrón o el sol a la playa. A ojos del PP la buena noticia de la mala noticia es que tienen tiempo. La mala noticia de la buena noticia es que se les está echando encima la fecha de caducidad. Si el desembarco en el Gobierno se retrasa les generará más desgaste que alegrías.

A CC le va de cine con el plan A, que no es otro que ocupar todas las consejerías con el PP en labores de canguro parlamentario. ¿Y cuál es el plan A del PP? Si entra en el Gobierno los artificieros de Coalición tardarán tres jueves en desactivar a Asier Antona. ¿Quedarse fuera? Depende. Como mascota de CC no lo merece. Cosa diferente es que, equidistantes, jueguen a dos manos con Gobierno y oposición. Asier Antona perderá a corto plazo la centralidad si los socialistas dejan de creer en la posibilidad de acuerdos con él.

También si el PP se deja arrastrar por el síndrome de Estocolmo que CC alimenta a golpe de expectativas. A estas alturas de la legislatura el tiempo que gana CC lo pierde el PP, y viceversa; el noviazgo tiene fecha límite. Vence quien demuestre que sabe gestionar mejor los tiempos. Días atrás Carmelo (Rivero) remitía a la Breve historia del tiempo, de Hawking. Asier Antona debería echarle un vistazo. El error de acomodarse en un tiempo simbólicamente estático, a la espera de uno cósmicamente infinito, anuncia que allá por navidad el almendro y la centralidad volverán a casa, a Coalición.

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