La polilla y los otros sin saberlo

Fotosensibles, conscientes de que un golpe de luz podría matarlos, los otros de Alejandro Amenábar sobreviven a la extraña enfermedad que padecen refugiándose en la penumbra, cuidándose de no abrir una puerta sin antes haber sellado la anterior, manteniendo las cortinas bien cerradas. A los otros, de Amenábar, y a los otros, del PP canario, el contacto con la luz los sobrecoge, estremece, aterroriza, de ahí que los protagonistas de The others y los diputados canarios del PP se muevan bien alejados del sol, de los espacios abiertos o, en el caso de los parlamentarios, bien lejos de la película presupuestaria que Coalición lleva semanas proyectando con notable éxito y un incontestable tirón en la taquilla. Sorprende, llama la atención (mucho) la generosidad con la que el PP de las Islas, en general, y sus representantes en Madrid, en particular, han regalado a Coalición el atracón de protagonismo que los nacionalistas se han dado de nueve o diez días a esta parte. CC ha monopolizado la venta de los presupuestos. Siendo la relación de Coalición con las cámaras la misma que une a las polillas con la luz, desconcierta que los diputados del PP ni se molesten en salir de la penumbra en la que se mueven. Ni lo intentan, les da igual. Nada de nada. Podrían aparentar que han estado en la negociación (no es el caso) colando en el guión una reunión presupuestaria con ellos sentados en la mesa, pero ni eso. No lo hicieron. No parece que les inquiete lo más mínimo que crezca la sensación de que los diputados del PP ni están ni se les espera. A los otros, de Amenábar, diferentes experiencias les hicieron entender que estaban muertos sin saberlo. A los otros, a quienes el PP canario tiene en las Cortes, alguien tendría que sugerirles que salgan de la penumbra porque, caso contrario, el electorado los dará por muertos y ellos sin saberlo.

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