El lógico enfado de Bermúdez

Escribió Javier Cercas que necesitamos un acuerdo mínimo sobre el pasado porque quien no sabe de dónde viene no sabe adónde va; pero, sobre todo, porque el pasado inmediato no ha pasado, es una dimensión del presente sin la cual el presente está mutilado

Escribió Javier Cercas que necesitamos un acuerdo mínimo sobre el pasado porque quien no sabe de dónde viene no sabe adónde va; pero, sobre todo, porque el pasado inmediato no ha pasado, es una dimensión del presente sin la cual el presente está mutilado. Trasladado al ámbito local, el proyecto de la playa de Valleseco (luego, de Santa Cruz) es una dimensión del presente que puede explicarse recordando un pasado cada vez menos reciente. Y, cuando se explica, cuando se tira de hemeroteca, solo cabe concluir que al alcalde le sobran razones para salir en tromba en defensa de la ciudad, denunciando que una vez más Costas -ora socialista, ora popular; tanto da- vuelve a pasar olímpicamente de Santa Cruz. Costas solo se acuerda de Santa Cruz si asoman trombas de agua u otros escenarios catastróficos o excepcionales. La firmeza del alcalde viene avalada por ese pacto mínimo sobre un pasado, el de Costas, marcado por una trayectoria plagada de anuncios tramposos, falsos compromisos y dejadez. Ya instalados en esta dimensión del presente, salvados los obstáculos jurídicos y urbanísticos ahora le cuentan a los vecinos de la ciudad que se han agotado las excusas pero también los recursos. La ausencia de financiación para acondicionar ese tramo del litoral es una burla. La obligación del alcalde es dar la cara por la ciudad, plantarse. Difícilmente pueden atrincherarse en dificultades presupuestarias quienes, al galope del triunfalismo vigente, proponen bajadas de impuestos. Si el Estado sigue dando la espalda a la ciudad, y dado que el PP local no se da por aludido, Gobierno de Canarias y Cabildo deberían mojarse por Santa Cruz poniendo sobre la mesa la solución que Valleseco reclama pero Costas no ofrece. Ese acuerdo mínimo sobre un pasado marcado por promesas incumplidas debe acelerar la respuesta que José Manuel Bermúdez está exigiendo para cambiar el presente y, sobre todo, el futuro del litoral.

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