Los kioscos vuelven a la vida

Las Fiestas de Mayo de la capital recuperan tres espacios emblemáticos, como son las cafeterías de las plazas de Weyler y el Príncipe y, desde ayer, la del Numancia, que reabrió sus puertas tras varios meses de reformas
El kiosco Numancia reabrió ayer sus puertas después de una profunda reforma que ha modernizado sus instalaciones y servicios.
FRAN PALLERO

Poco a poco están volviendo a la vida. Su cierre coincidió en el tiempo, ofreciendo una imagen de Santa Cruz un poco más triste, una situación que en los últimos meses se ha venido revirtiendo y los chicharreros ya han recuperado algunos de los espacios emblemáticos de la ciudad. Se trata de los kioscos de la capital, que, tras finalizar sus concesiones administrativas, los nuevos adjudicatarios han ido reformando y reabriendo sus puertas de manera paulatina. Los tres primeros que han vuelto a la vida urbana son los de la plaza de Weyler, la plaza del Príncipe y, ayer mismo, el mítico Numancia, que reabrió justo para el inicio de las Fiestas de Mayo de la capital.

Aspecto del remozado kiosco Numancia, que desde ayer ofrece de nuevo sus servicios en su emplazamiento tradicional. FRAN PALLERO

Numancia

Ayer el alcalde, José Manuel Bermúdez, acudió a la reapertura del kiosco Numancia, que, tras meses de desencuentro con la Comisión Insular de Patrimonio, por fin pudo volver a la actividad. Lo hizo con una remozada imagen, más moderna, pero también manteniendo el blanco inmaculado (por ahora) de su espacio principal. Uno de los mayores inconvenientes que tenía el proyecto era el carecer de baños adaptados, por lo que el Ayuntamiento ha instalado dos portátiles justo enfrente, en el parque García Sanabria. Los vecinos y clientes “de toda la vida” volvieron a disfrutar de este espacio muy ligado a los amaneceres del Carnaval chicharrero.

El kiosco de la céntrica plaza del Príncipe se reabrió al público el pasado viernes. FRAN PALLERO

el Príncipe

Solo unos días antes, concretamente el viernes pasado, el kiosco de la plaza del Príncipe celebró la misma ceremonia: la reapertura de sus puertas. Al igual que el Numancia, tuvo que hacer frente a los inconvenientes del Cabildo, al estar en un entorno protegido, aunque lo que más retrasó su remodelación y apertura fue el litigio que el anterior adjudicatario planteó al Ayuntamiento al negarse a abandonar las instalaciones. El concesionario del kiosco es Franito White SL, que ha mejorado la apariencia del hierro oxidado de la estructura, tratado la piedra exterior y sustituido la madera estropeada, entre otras actuaciones. Asimismo, el establecimiento ha tenido que adaptarse a la normativa actual y, dada la capacidad de la cafetería -120 personas-, la empresa ha tenido que mejorar los baños y colocar un aseo adaptado.

El popular kiosco de la plaza de Weyler estrenó su nueva y vanguardista imagen en septiembre del año pasado. A. G.

Weyler

El primero en volver a la vida fue el de la plaza de Weyler, el año pasado. En septiembre se reabrió y lo hizo de una manera espectacular, gracias al gran cubo luminoso que le da una nueva seña de identidad a la clásica cafetería. La estructura metálica de acero que sirve de base al kubo de la Weyler está recubierta de madera por dentro y por fuera y queda como una doble caja de 10 centímetros de ancho. De día es un espejo que refleja la vegetación, los edificios o a los transeúntes. De noche se muestra como un gran cubo con luminarias led de 32 colores, con otros tantos tonos a elegir. Incluso es temático. Por ejemplo, si gana el Tenerife, se ponen blancos y azules.
Además, la oferta gastronómica del espacio ha pasado a ser uno más de sus atractivos, lo que hace que quede atrás el anterior concepto de simple cafetería que predominó en este espacio.

Resto
A pesar de que estos tres ejemplos suponen un revulsivo para las distintas zonas en las que se ubican, lo cierto es que otras siguen esperando por la vitalidad que estos negocios aportan a la capital. De momento, el de Tomé Cano ya ha empezado las obras para su reapertura, que se espera que sea en breve. Su diseño imitará la quilla de un barco. En la plaza Militar también se está a la espera de que se inicie su remodelación, con la que a este espacio, abandonado desde hace ya un tiempo, pueda darle un toque distinto.

Por último, el popular kiosco de La Paz, que cerró sus puertas el año pasado por la jubilación de sus concesionarios, quizá sea el que más pronto pueda volver a la actividad, gracias a que la concesión administrativa no exigía demasiados cambios.

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