¿Cómo podría afectar el cambio climático al turismo en Canarias?

Subida de las temperaturas, mayor erosión costera, pérdida de biodiversidad y riesgo de contraer enfermedades tropicales son los principales peligros de futuro derivados del calentamiento global
COSTA ADEJE PLAYA DE FAÑABÉ
La erosión costera y la afección en ecosistemas son dos de las consecuencias del calentamiento global. DA

Que el clima es uno de los grandes atractivos a la hora de elegir un destino vacacional es algo que no se le escapa a nadie. Y que los turistas sienten atracción, mayoritariamente, por las zonas de costa, tampoco. Es ahí donde radica una de las amenazas, a medio y largo plazo, que acecha a una industria que genera al año más de 1.000 millones de desplazamientos en todo el planeta, y que en el caso de Canarias es, con diferencia, su principal actividad económica, nada menos que un tercio de su Producto Interior Bruto.

El aumento de la temperatura por el efecto que causa sobre la atmósfera la emisión de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono o el óxido nitroso, produce un impacto mayor en las regiones insulares, como el Archipiélago, cuyos ecosistemas son más frágiles que los de un territorio continental. En el caso de Canarias, el calentamiento global se deja sentir sobre las temperaturas, que han subido; en una mayor erosión costera; en la pérdida de biodiversidad, tanto animal como vegetal, y en mayores posibilidades de contraer enfermedades tropicales.
Así lo revela el estudio Los efectos del cambio climático en el turismo en Canarias, realizado por los profesores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Matías González Hernández, Carmelo León González, Jorge Araña Padilla y Ana Rodríguez Zubiaurre, en el que se apunta como factor de vulnerabilidad añadido la cercanía de las Islas al continente africano.

En las conclusiones del análisis, recogidas en el libro El turismo en Canarias, se recuerda que el Panel Intergubernamental Climate Change 2007 ya advertía de que el nivel del mar se incrementará entre 5 y 10 centímetros por década y que en los casos más leves producirá la erosión de una parte de las playas, provocando afecciones en algunos ecosistemas. Si el aumento es más severo causaría inundaciones parciales por las oscilaciones de la marea.

La fragilidad de la biodiversidad de las especies (animales y vegetales) es otro factor a tener en cuenta, dado el estrés que soportan por el uso indebido del suelo y la alta densidad de población de las Islas.

Pero si hay una circunstancia a la que podrían ser más sensibles los turistas para elegir un lugar en el mapa donde pasar sus vacaciones esa es el temor a contraer una enfermedad tropical. En ese sentido, la proximidad de África o el tránsito de aves migratorias y personas, además de las condiciones climáticas cercanas a zonas donde hay transmisión de enfermedades vectoriales, son elementos que incrementan las probabilidades de padecer alguna afección tropical, según se recoge en el estudio.

Los expertos recomiendan no perder de vista otros impactos indirectos, como es la modificación de la producción de energía, actualmente con una alta dependencia de fuentes fósiles, y su incidencia en el transporte, que se encarecerá, lo cual afectará de forma directa al turismo por su dependencia del avión.

¿Qué pueden hacer las Islas para intentar reducir los efectos?

El grupo de profesores universitarios autores del estudio Los efectos del cambio climático en el turismo en Canarias propone una estrategia en las Islas para los próximos años que incluye un conjunto de medidas para paliar los efectos del calentamiento global. Entre ellas, realizar un inventario de las emisiones de gases que se producen en el Archipiélago, propiciar la introducción del gas natural y fuentes renovables para la generación de electricidad, la modernización de la planta turística (propiciando el aislamiento térmico en los hoteles y promoviendo el uso de energías renovables) y, por último, la mejora del acceso y desplazamiento de los turistas en las ciudades y núcleos turísticos, dándoles facilidades para su movilidad con medios alternativos al vehículo. Precisamente, en los últimos años ha aumentado de forma considerable el número de turistas que optan por establecimientos hoteleros que aplican medidas de eficiencias energética. Los visitantes valoran cada vez más medidas como disponer de iluminación de bajo consumo, el uso eficiente del agua o instalar sistemas de aislamiento térmico en las fachadas.

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