El llamado quinto contenedor, en el que se depositarán los residuos orgánicos, será una realidad en Santa Cruz el próximo año, cuando se firme el nuevo contrato de limpieza de la ciudad. La implantación de este sistema, consistente en recoger de manera selectiva estos restos, llevarlos a una planta de compostaje para ser tratados y devueltos a la ciudad en forma de compost, es uno de los requisitos que el Ayuntamiento ha incluido en el pliego que regirá la limpieza y recogida de basura de la ciudad los próximos ocho años. Así lo avanzó ayer el Ayuntamiento en la presentación de las nuevas condiciones del servicio, que supondrá una inversión de 168,8 millones de euros. Según detalló el concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, en cuanto a la forma concreta en la que se va a implementar el contenedor marrón, serán las empresas las que deban ofertar un sistema en sus propuestas. “Puede ser una recogida puerta a puerta, la colocación de contenedores específicos en la calle o una combinación de ambas”, detalló Arteaga. “Por eso -continuó- pedimos a las empresas aspirantes que nos propongan qué modelo puede funcionar mejor en Santa Cruz”.
Los primeros que tendrán la obligación de separar los restos orgánicos del resto de residuos serán los grandes productores (hospitales, hoteles, colegios…). A medida que se avance en este sistema, se irán incorporando el resto de ciudadanos. Pero antes, como recordó Arteaga, el Cabildo de Tenerife tendrá que crear plantas de compostaje para recibir estos residuos, ya que en la actualidad no hay ninguna. “Si ahora mismo todos los municipios de la Isla optaran por el quinto contenedor, no habría un lugar en el que tratar esos residuos, ni siquiera si todo Santa Cruz decidiera implantarlo de manera inmediata”, añadió Arteaga. En la actualidad, solo Cataluña y algunos municipios dispersos, entre ellos El Paso, en La Palma, han implantado ya este sistema. La capital ha sido pionera no solo por incluirlo en su pliego de limpieza, sino también por ser una de las pocas que ha puesto en marcha un proyecto piloto con el quinto contenedor en el que hasta hace unas semanas participaron colegios y hoteles de la ciudad. Arteaga reconoció además que, una vez que se haya implementado del todo el modelo, puede que sea necesario cambiar las ordenanzas municipales de limpieza para, por ejemplo, incentivar la separación de residuos con bonificaciones en la tasa de basura. Por ahora, las empresas interesadas tienen 60 días para presentar ofertas, una vez se publique en el Diario Oficial de la Unión Europea.
Sanciones
En el pliego de este contrato, en el que el Ayuntamiento lleva trabajando más de un año, se introducen cuestiones inexistentes hasta el momento, como por ejemplo la posibilidad de multar a la empresa adjudicataria si no cumple con los objetivos de limpieza marcados. “Si se produjeran incumplimientos se podría sancionar a la empresa con multas que oscilan entre los 10.000 euros y un millón. Si por el contrario se superaran los objetivos programados, la empresa podría ser bonificada. El director general de Servicios Públicos, Juan Domingo Cabrera, añadió que, incluso, cuando los incumplimientos de los estándares de calidad sean considerados muy graves, podría llegarse a la resolución del contrato.
Puestos de trabajo
El alcalde, José Manuel Bermúdez, destacó como uno de los puntos más importantes del pliego el mantenimiento de los puestos de trabajo. “Se garantiza la subrogación de los 380 trabajadores que hay en la actualidad”, detalló. Además, recordó el regidor municipal que este nuevo contrato incorpora servicios que en la actualidad no están recogidos, como son la limpieza de los polideportivos al aire libre, las acciones de limpieza integral de los barrios y la recogida de basura en la zona de Gran Afluencia Turística. “Es uno de los contratos más importantes que tiene el Ayuntamiento, y por eso invertimos 21 millones al año”, defendió Bermúdez. “Estamos poniendo todos los medios materiales y humanos para tener una ciudad no solo más limpia, sino más sostenible”, concluyó el alcalde.
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