Soberano espaldarazo a la ciencia y la cultura de Canarias

Felipe VI y la reina Letizia mostraron en Tenerife una loable cercanía a los ciudadanos en una agenda oficial que, con indisimulada intención, reveló el interés real por la investigación
FOTO: Andrés Gutiérrez

Los tinerfeños ya sabían que los actuales reyes de España, Felipe VI y su esposa Letizia, son jóvenes y atesoran una excelente formación académica, pero ayer pudieron comprobarlo de primera mano con motivo de la primera visita de ambos a Canarias desde que fueron proclamados monarcas. Como también apreciaron los vecinos del área metropolitana insular (donde transcurrió la visita iniciada el pasado lunes en Gran Canaria), son de trato cordial y tan cercano como el protocolo y la seguridad lo permiten. Pero si algo deja claro, tanto su actitud como la confección de su agenda, es que apuestan decididamente por la investigación científica, de la que no está escasa Tenerife a pesar de las dificultades presupuestarias harto conocidas.

Bajo el paraguas del 225 aniversario de la creación de la Universidad de La Laguna, el rey volvió a un centro académico que, como recordó su actual rector (Antonio Martinón), ya conoció hace un par de décadas, cuando aún ostentaba el Principado de Asturias. Loable resultó el contacto tanto con autoridades como con alumnos y docentes, pero de particular interés fue su visita a una de las joyas del Archipiélago, el Instituto de Enfermedades Tropicales que dirige el catedrático de Parasitología Basilio Valladares. Nacido con el actual milenio, su corta trayectoria no ha impedido a dicha institución ganarse un notable prestigio académico y, lo que aún resulta más relevante, si cabe, iniciar su proyección internacional gracias a la reciente creación de una fundación, pareja al Instituto, con evidente vocación de aplicar sus conocimientos en la vecina África.

También hubo tiempo para tratar con las autoridades y empresarios locales, pero nadie podrá borrar jamás de la memoria de Elena y Paco, dos alumnos de sexto curso de Primaria de La Pureza, que fueron ellos quienes entregaron a los reyes un ramo de bienvenida y una carta que resumía el sentir común de su clase: hay que hacer más por la educación. Por lo que se vio ayer, los monarcas están por esa labor.

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