Vilaflor le vuelve a ver las orejas al lobo, es decir, al verano. Si hay un lugar donde se teme especialmente la llegada del solsticio estival es el pueblo más alto de España. Cinco años seguidos de sequía y la dependencia exclusiva de las galerías de agua para el abastecimiento de sus 1.700 habitantes (el suministro de la nueva desaladora de Granadilla no llega a las medianías) hace que vuelva a planear el fantasma de las restricciones a la vuelta de la primavera, algo que sus vecinos ya sufrieron en agosto y septiembre de 2016 con cortes todas las noches.
El Ayuntamiento busca agua, literalmente, debajo de las piedras. A finales de este mes comenzará a limpiar la galería del Pinalito, de propiedad municipal, tras las inspecciones realizadas en las últimas semanas por un ingeniero de minas y las empresas encargadas de esta tarea. Durante 20 días se trabajará a fondo para retirar el tapón detectado a partir de los 1.000 metros que se ha ido formando durante años a causa de los desprendimientos del techo.
“Hay un charco de agua impresionante, por lo que trataremos de meter una tubería para llegar donde está el agua concentrada para extraerla”, explicó el concejal de Aguas, Chano Marrero, que confía en que tras esta acción se amplíe el caudal de agua actual, cifrado en 18 pipas la hora “hasta los 24 o 25”.
La búsqueda de soluciones urgentes ha llevado al Consistorio a realizar gestiones ante el Consejo Insular de Aguas, interesándose en las condiciones en las que se encuentra un pozo privado muy próximo al municipio, situado en un lugar donde hay corriente eléctrica, lo cual facilitaría su extracción.
En este capítulo de medidas paliativas el concejal confirmó que se está negociando con varios operadores para comprar agua destinada a los agricultores. También se intentan adquirir, ya sea a través de la venta o del arrendamiento, acciones de agua de particulares, un proceso que exige rapidez por cuanto el Ayuntamiento firmará en junio el contrato de suministro para todo el año. Paralelamente, el edil chasnero señaló que el Cabildo busca conseguir agua de galerías en otros municipios de la comarca, como Guía de Isora.
Mirando más a largo plazo, ya se han entablado conversaciones con el Consejo Insular de Aguas para estudiar una ambiciosa iniciativa: la prospección de unos 300 metros para intentar pinchar algún ramal de agua debajo de Ucanca, un proyecto para el que se requiere unos permisos con los que aún no se cuentan y que tiene en su alto coste económico su principal escollo, teniendo en cuenta que cada metro de prospección supone una inversión de 2.000 euros, según explicó Marrero.
Redes renovadas
Las fugas de agua complican aún más las cosas. “Hemos procedido a renovar cuatro redes de abastecimiento y estamos empezando a colocar otras cuatro: dos en La Escalona y dos en el casco de Vilaflor, con el objetivo de ir atajando las fugas que hay en la red de abasto público”, indicó Marrero. El edil recordó que desde el Ayuntamiento se está intentando concienciar a los vecinos para que aprovechen hasta el último litro de agua, sobre todo, después de detectar un excesivo consumo en determinados domicilios, “ya sea porque están destinando agua potable a otros usos que no son los domésticos o porque tienen la red interior estropeada y sufren alguna pérdida”.
Cortes selectivos
“No puedo decir tajantemente que vaya a haber cortes, pero si no llueve y siguen las temperaturas altas, no nos quedará más remedio que plantearnos algunos cortes selectivos en algunos momentos”, manifestó Chano Marrero, quien también expresó su preocupación por cómo puede afectar esta situación al campo. “Se ha sembrado mucha viña nueva y no hay agua, y la época de siembra de papas será a finales de julio. Este es un municipio eminentemente agrícola. Eso supone un grave problema económico”, indicó el edil.
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