¡Bye Bye PSOE!

El Partido Socialista acaba de firmar su sentencia de muerte. Las bases del partido acaban de ensalzar a quien en dos ocasiones perdió las elecciones y consiguió el mérito de acumular los peores resultados del PSOE de toda su historia

El Partido Socialista acaba de firmar su sentencia de muerte. Las bases del partido acaban de ensalzar a quien en dos ocasiones perdió las elecciones y consiguió el mérito de acumular los peores resultados del PSOE de toda su historia. ¿Quién les asegura (a los socialistas) que, en unas próximas elecciones, Pedro Sánchez conseguirá mejores resultados? ¿Qué ha cambiado en el líder defenestrado del PSOE? Particularmente, nada. Sigue teniendo las mismas ansias de ser presidente del Gobierno de España a costa de lo que sea, incluso de dar su apoyo a los partidos independentistas. No hay otro objetivo en su línea de trabajo. Sinceramente no creo que en su agenda esté la unión del PSOE. Un partido, hoy, más dividido que nunca y que espera la venganza de un líder que guarda en su mochila cada uno de los feos, críticas y desprecios que le han hecho, y que, ahora más que nunca, con el apoyo de los militantes podrá tomar represalias. Dirigir el Partido Socialista es una responsabilidad muy grande, mucho más allá de egos y de rencores. Es liderar un proyecto de oposición fuerte, sólido y, sobre todo, demócrata, basado en la unidad de España. Se equivoca Sánchez y los sanchistas en creer que hay que convencer a la militancia y a las bases del partido. Ellos ya están convencidos. Es fácil tener el apoyo de los que piensan como tú. A quien tiene que convencer Pedro Sánchez y su equipo es al resto de los españoles. Aquellos que buscan un proyecto de izquierdas serio y demócrata. Sánchez tiene que convencer a los españoles que él lidera ese proyecto y, en dos ocasiones, con un PP salpicado por la corrupción, y un Podemos buscando el sorpasso, no lo consiguió. Las bases socialistas, les guste o no su candidato, votaran al PSOE; es el resto de España quien le tiene que votar, y ya le han dicho que No. Por el bien del Partido Socialista y por respeto a quienes en una transición dura ayudaron a construir un PSOE que representa a la izquierda española, espero que Pedro Sánchez cambie su discurso, porque Podemos, que ocupa su mismo espacio electoral, está al acecho. Presume el PSOE de ejercicio demócratico a la hora de celebrar primarias. No sé hasta qué punto es democrático ver como dos personas de un mismo partido se echan los trastos unos a otros para después permanecer en el mismo proyecto. Por lo pronto, para conseguir, al menos, igualar los votos de las elecciones pasadas, Sánchez tendrá que conseguir Adalucía y, por consiguiente, mimar a Susana Díaz. De aquí a unos meses se verá hacia donde camina Pedro Sachez. Si va por el sendero de bombardear cada una de las iniciativas que se presenten en el Congreso para obligar al PP a convocar elecciones y así tener opciones de Gobierno con los independentistas, o por el de trabajar para fortalecer un partido que llegue a las elecciones con serias opciones de Gobierno. Pedro Sánchez podrá pasar a la historia del socialismo como el responsable del alzamiento del PSOE o el responsable de enterrarlo.

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