Contar hasta diez

La sabiduría popular atesora consejos prácticos tras años y años de observación. Uno de ellos es… “contar hasta diez”. ¿Parta qué? Básicamente, contamos hasta diez para ganar un poco de tiempo

La sabiduría popular atesora consejos prácticos tras años y años de observación. Uno de ellos es… “contar hasta diez”. ¿Parta qué? Básicamente, contamos hasta diez para ganar un poco de tiempo. Y ese tiempo lo invertimos en pensar, o en gestionar la emoción que prevemos que puede generarnos dificultades, o en calcular nuestras posibilidades, o en trazar estrategias, o en alguna otra cosa por el estilo. Es un tiempo precioso sin el que puede que emprendamos un camino que nos lleve a donde no deseamos ir.

Contar hasta diez puede ser especialmente útil cuando sufrimos un brote de ira. La ira, como emoción básica, surge al tomar conciencia de que hay un valor importante para nosotros que está en peligro o que directamente está siendo violado. Experimentamos esa ira con el objetivo de restaurar dicho valor dañado. El secreto consiste en canalizar la ira para que sea útil a nuestro propósito y no genere más problemas de los que pretende solucionar. Y para llevar a cabo ese proceso de gestión, diez segundos pueden marcar la diferencia. De hecho, una gran diferencia.

Haz memoria: ¿cuándo fue la última vez que contaste hasta diez? ¿Para qué te sirvió? ¿Qué viste diferente después de ese instante de toma de conciencia? ¿Qué hubiera pasado de no haberte dado permiso para ensimismarte ese brevísimo momento de respiro antes de actuar?

Séneca afirmó una vez que la mejor estrategia para la ira es la dilación, es decir, retrasar esos segundos vitales el juicio sobre cómo voy a actuar antes de emprender la acción. Cedemos el control a nuestra parte racional no dejándonos llevar, sin más, por el aspecto emocional y reactivo.

Y eso sí; recuerda que se trata de una estrategia que para que llegue a ser lo más rápida posible es preciso practicar, practicar y practicar.

TE PUEDE INTERESAR