Declarada la ‘guerra’ al azúcar

El impuesto sobre las bebidas refrescantes es una de las medidas recomendadas contra la obesidad, en la que Canarias es líder europea y requiere la atención de la OMS
La Organización Mundial de la Salud recomienda no consumir en azúcar al día más del 10% del total de la ingesta calórica. SERGIO MÉNDEZ

La guerra está declarada. Las autoridades sanitarias y los especialistas en el ámbito de la salud son cada vez más insistentes a la hora de alertar sobre el exceso de azúcar que encontramos en la alimentación y en los problemas que esto ocasiona. Si en años anteriores, los objetivos principales eran la sal y las grasas, ahora los azúcares -sobre todo los añadidos- son los enemigos a batir. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años alertando de este problema y proponiendo que se tomaran medidas. Entre ellas, ha sugerido implantar un impuesto de, al menos, el 20%, a las bebidas azucaradas.

El nefrólogo Benito Maceira, una de las máximas autoridades en la materia, con medio siglo en la medicina, habla de una “catástrofe sanitaria” y cree dadas las condiciones para que intervenga en las Islas la Organización Mundial de la Salud (OMS), como hizo en la región de Karelia del Norte (Finlandia), en los años 70, para poner freno a la epidemia de la obesidad. El Archipiélago registra el mayor número de muertos por infarto de todo el Estado. “Un millón y medio de canarios sufre sobrepeso, de los cuales 760.000 son obesos”, afirma. Canarias, una microsociedad obesogénica, es líder en obesidad dentro de Europa y los niños isleños “son los más gordos del mundo junto a Estados Unidos y México”.

Cataluña ha sido la primera comunidad autónoma de España en tomar en consideración las recomendaciones de la OMS e implantar el mencionado gravamen, que entró en vigor el pasado día 1 de mayo. Canarias se plantea un posible impuesto, que incluiría los productos de bollería. Y se ha abierto un debate entre los que creen que es una medida para frenar el sobrepeso, los que piden que la cuantía ingresada vaya a políticas de prevención o los que insisten en que se trata solo de una actuación recaudatoria.

Lo cierto es que con impuesto o sin él, la realidad canaria -con índices de sobrepeso muy superiores a la media española- obliga a tomar medidas al respecto y concienciar y frenar el exceso del azúcar en la alimentación, sobre todo, en la de los más pequeños.

El especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Canarias, Luis Morcillo, advierte de que en las Islas “el 50% de la población pesa más de lo que debe”. Se estima que el 20% de los canarios padece obesidad en algún grado, mientras que el 30% tiene sobrepeso. Esto supone que el Archipiélago es una de las comunidades autónomas del país con mayor índice de sobrepeso, con cifras muy similares a las registradas en algunas regiones de Estados Unidos, país con importantes problemas en este sentido. Por ello, recalca la necesidad de que las autoridades sanitarias tomen medidas al respecto y estimulen una alimentación saludable, acompañada de la práctica de deporte. El experto explica, en declaraciones a DIARIO DE AVISOS, que hoy en día podemos encontrar azúcares añadidos, fructosa o glucosa en una gran cantidad de productos procesados, como los refrescos, los yogures o las sopas, entre otros muchos. Morcillo pone el acento en el caso de las bebidas azucaradas y puntualiza que este tipo de productos crean dependencia, sobre todo, en los más pequeños. “El niño que se acostumbra a consumir estas bebidas en vez de agua, a lo largo de su vida crea una dependencia que provoca importantes consecuencias”, añade.

La Organización Mundial de la Salud recomienda no consumir en azúcar al día más del 10% del total de la ingesta calórica. FRAN PALLERO

A juicio del endocrino, actualmente las cantidades de azúcar que se consumen son demasiado elevadas, lo que a la larga puede ocasionar problemas de salud serios, como el desarrollo de enfermedades tales como la diabetes tipo 2 o el exceso de triglicéridos, que sumados pueden ocasionar graves consecuencias. Morcillo insiste en que es probable que llevemos años persiguiendo a la grasa, mientras que quizás, nos hemos olvidado un poco del azúcar. “A la hora de que una persona padezca obesidad hay muchos factores, uno de ellos son los azúcares, pero no el único”, matiza, a la par que apunta al importante porcentaje de personas sedentarias que registra el Archipiélago, lo que sumado a una dieta hipercalórica, causa el sobrepeso. Por último, recomienda practicar más ejercicio y recuperar la alimentación sana, “la de nuestras abuelas”.

La cesta de la compra canaria explica, en gran medida, estos problemas de obesidad y sus consecuencias en la salud, como el alto porcentaje de personas que padece diabetes o las muertes causadas por episodios cardiovasculares. Así lo refleja, por ejemplo, el Informe sobre Producción, Industria, Distribución y Consumo de Alimentación en España en 2015 elaborado por Mercasa (empresa pública española que presta servicio al desarrollo de la cadena alimentaria). El documento refleja que cada canario consumió, entre otros alimentos, 44,4 kilos de carne, 19,4 kilos de pescado, 27,8 kilos de pan, 13,6 litros de aceite, 53,1 kilos de verduras, 87,8 kilos de frutas, 11,6 kilos de platos preparados, 111,3 litros de agua embotellada y 51,2 litros de bebidas refrescantes y gaseosas. Estas cifras pueden no decir nada por sí solas, pero si se comparan con la media nacional llama la atención que en las Islas se consume el 14,4% más de bebidas refrescantes y gaseosas, el 19% de derivados lácteos, el 8,5% de aceite y el 4,2% de bollería, pastelería, galletas y cereales. Por el contrario, destaca que la ingesta de pescado es el 25% menor al de la media española, al igual que el de la fruta y hortalizas frescas (-11%) o la carne (-11,4%).

La doctora Rosa Gloria Suárez, responsable del departamento de Promoción de la Salud de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, recuerda que desde hace años, tanto la OMS, como la Unión Europea están trabajando en el cuidado de la salud, con distintas estrategias entre las que se encuentra la lucha contra la grasa, la sal y el azúcar, este último a partir del año 2015. “El azúcar no es malo por sí solo, pero sí lo es la manera en la que lo consumimos”, afirma. Además, recuerda que la OMS recomienda que el consumo diario de este producto no debe superar el 10% del total de la ingesta energética, aunque sostiene que lo más recomendable es quedarse en el 5%. “El problema es que desconocemos que este alimento se encuentra en muchos productos y, en ocasiones, consumimos más de lo aconsejado”, añade. Sobre el impuesto planteado, Suárez precisa que lo idóneo es que la recaudación vaya destinada a acciones para mejorar la salud y añade que las políticas iniciadas desde el Estado en este sentido van encaminadas a negociar con la propia industria alimentaria una reducción de la cantidad de azúcar en los productos.

La especialista indica que hay experiencias parecidas a la que baraja implantar el Gobierno regional, como el impuesto del 10% en bebidas azucaradas aplicado en México en 2014, que logró reducir el consumo en el 12% solo en un año. Añade que Reino Unido también está trabajando en una medida más o menos similar. Por último, hace hincapié en que hay que implantar acciones, sobre todo, para concienciar y educar a la población sobre los riesgos que plantea la obesidad.

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