Donan al Museo Arqueológico un cráneo guanche ‘olvidado’ en una vivienda

El particular quiere mantener su anonimato y ha entregado el material que pertenecía a su padre y encontrado en la Ladera de Martiánez, a la asociación medioambiental La Ñamera
La directora del Museo Arqueológico estima que el cráneo pertenece a un hombre joven cuya edad exacta no se puede determinar. DA

El Museo Arqueológico de Puerto de la Cruz recibió ayer de la asociación medioambiental La Ñamera un cráneo completo y una mandíbula inferior de probable filiación guanche donada por uno de sus miembros, cuya identidad prefiere mantener en el anonimato.

Tras una visita a la instalación realizada en el marco del programa Proactiv@s de la naturaleza, el donante vio la foto de los cráneos y comentó que tenía uno en su casa, heredado de su padre, al que vio por primera vez cuando tenía cinco años.

Ayer se hizo un acta de entrega de un depósito provisional y el siguiente paso será comunicar a la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias. Esta última deberá formalizar el depósito en el museo o en la institución que considere más conveniente para su estudio y conservación.

Los datos que se tienen de este material antropológico son aproximados al no estar presentes en el momento del hallazgo, ni haber podido realizar una excavación o un estudio sistemático dentro de la cueva de enterramiento donde fue encontrado. El particular refiere que fue hallado en la ladera de Martiánez pero no hay, por el momento, datos que confirmen que procede de allí, explicó a este periódico la directora del citado museo, Juana Hernández.

Consideró que puede ser de un aborígen porque es un cráneo bastante antiguo y el desgaste de las coronas dentales es bastante llamativo, debido a que trituraban el trigo con molinos de piedra y muchas veces entraban fragmentos líticos. También estimó que algunas piezas están cariadas pero serán los especialistas quienes deberán confirmarlo y aportar más datos.

La responsable del recinto supone que perteneció a una mujer o hombre joven cuya edad no se puede determinar, pero por el traumatismo que presenta del lado izquierdo se inclina más por este último sexo, dado que durante la conquista, los robos de ganado o cualquier problema entre menceyatos se solucionaban a pedradas y resulta común ver restos con este tipo de golpes, precisó Hernández.

El material estaba guardado en una urna y eso es importante porque está poco tocado. Su anterior dueño asegura que fue un regalo que le hizo a su padre el geólogo y naturalista Telesforo Bravo. Sin embargo, su nieto Jaime Coello, presente en el momento de la entrega, “dudó” que su abuelo entregara este tipo de objetos, ya que era una persona enamorada de la arqueología, que tenía un gran respeto por los restos óseos.

Esta hipótesis también la corroboró Juana Hernández, quien conoció a Telesforo Bravo al ser uno de los fundadores del Museo Arqueológico.

Hasta que se determine su destino, el material arqueológico permanecerá en el depósito del museo portuense, con condiciones climáticas adecuadas, a una temperatura inferior a 18 grados y baja humedad, que es lo que requiere este tipo de material orgánico.

Hernández opinó que si finalmente se comprueba que fue encontrado en la Ladera de Martiánez, tiene que estar vinculado al Puerto de la Cruz, pero no tiene inconvenientes en que lo albergue la institución que pueda garantizar su mejor uso para el pueblo canario.

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