Frescura, humor e insolencia, esencias del Festivalito de La Palma

Tras el acto inaugural y el galardón a Darío López, 150 autores guionizan y ruedan ya en el plató natural que ofrece la Isla Bonita

La frescura del Festivalito de La Palma, edición tras edición, solo confirma la esencia de esta idea que ha ido creciendo hasta llegar a la pubertad. Tras su reaparición en 2015 y después de cuatro años de travesía en el desierto financiero de las administraciones públicas, ha logrado este año mantener un alto nivel, no solo en la convocatoria, que volvió a quedar demostrada ayer en la reunión de los más de 150 inscritos en La Palma Rueda, sino en los actores que a lo largo de los próximos días tomarán especial protagonismo.

En ese elenco se encuentra Jorge Sanz, asumiendo en una innovadora serie televisiva el reto de contar de forma irónica y realista cómo se sobrevive a la fama, en un valiente autorretrato frente a las cámaras. Completan el reparto otros como Darío López, protagonista en la sesión inaugural, y el insolente y invariablemente desvergonzado Ignatius Farray.

Los participantes de la sección oficial a concurso del Festivalito La Palma, que colocan a La Palma como gran plató natural de sus rodajes, explicaron ayer sus ideas y propuestas para el trabajo que, hasta el próximo viernes, desarrollarán antes de la puesta de largo de sus cortos,k reconocen las complicaciones de este trabajo.

Algunos de ellos comenzaron anoche, tras conocer el lema del certamen y en la búsqueda de “lo esencial es invisible a los ojos”, un viaje de la mano de Antoine De Saint-Exupery y su inmortal obra “El Principito”, motivo del cartel del certamen de Jorge Triana.

La Palma tiene ya un peso específico dentro de las apetencias y citas ineludibles del circuito de festivales de cine, y pese a que como su mismo precursor y director advierte, debe renovarse y luchar por mantenerse en primera fila, de momento lo consigue.

El parido como Festival Internacional de Cine Digital Isla de La Palma-Canarias en 2002, y luego autodenominado Festivalito, persevera en las fortalezas de un certamen “tradicional”. Conserva vivo el reto de un concurso que posee tensión e interés de los autores frente al reto innovador y creativo de plantear un cortometraje con una idea entregada, una vez se da pistoletazo de salida al certamen.

Actores y directores de todo el mundo han pasado por La Palma Rueda. El Festival mantiene su respeto absoluto y rinde culto, de nuevo en esta edición, al teatro. Lo hace con la entrega de su máximo galardón, la Estrella Polar, a la actriz palmera, codirectora y fundadora de la Escuela de Teatro de Santa Cruz de La Palma, Pilar Rey.

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