Entrenaban a los perros para las peleas con ‘Yorkshires’, luego los arrojaban a un foso

En Güímar tenían un cuadrilátero para peleas y usaban perros pequeños como ‘sparrings’ y de alimento; en Arona los tiraban vivos a un foso para que murieran; hay, al menos, 33 detenidos
Uno de los cadáveres de perro hallados en la finca abandonada de Arona | Markus Baier
Los perros dormían con los dueños para que no los drogaran: dinero de por medio. Fran Pallero
Los perros dormían con los dueños para que no los drogaran: dinero de por medio. Fran Pallero

Bárbaro llamaban los romanos a los ajenos a su imperio y, por tanto, a la civilización, pero la palabra ya la usaban los griegos para definir al que balbucea de forma incomprensible, al que ellos consideraban ignorante. Propio de bárbaros, de gente atrasada, se antojan las prácticas desveladas por un operativo de Policía Nacional que arrancó el pasado fin de semana en una casa de Güímar donde se celebraban peleas de perros y que continuó con un registro domiciliario en la Laguna. Justo horas después, y a buen seguro por información obtenida en esa mansión de los horrores caninos güimarera, un grupo de simpatizantes de los animales entraba en una finca abandonada en Arona, en la que, todo apunta, era un almacén de estos animales para peleas. Las frías estadísticas, aún no confirmadas oficialmente al haberse decretado secreto sumarial por parte de un juzgado de Güímar, señalan, al menos, 23 detenidos y varios registros domiciliarios, excluyendo el de los animalistas en Arona. Pero la barbarie se detecta en los hechos, ya que todo apunta a que en Güímar usaban perros de razas pequeñas, como Yorkshire, para entrenar a los más grandes e, incluso, como alimento de los mismos. Mientras, en Arona se encontró un barranquillo angosto que, a modo de foso, era donde tiraban a los animales vivos para que allí murieran de hambre, sed y dolor. Ignorantes y crueles, sí.

Uno de los cadáveres de perro hallados en la finca abandonada de Arona | Markus Baier
Uno de los cadáveres de perro hallados en la finca abandonada de Arona | Markus Baier

El relato cronológico de los hechos es el siguiente. Un grupo de policías nacionales procedentes de Madrid intervienen en una casa de La Medida (Güímar) donde, como informa Norberto Chijeb, “mientras unos asaban costillas y guisaban papas, otros apostaban en torno a un cuadrilátero de 10 metros cuadrados como se despellejaban los perros, casi todos pit bull y bardinos. Eran las ocho y media de la noche del sábado cuando una veintena de policía nacionales venidos ex profeso de la Península para ello, interrumpieron semejante festejo en un chalé apartado en La Medida, en el municipio de Güímar. La Policía Nacional registró y cacheó a la veintena de individuos que quedaron arrestados, mientras un grupo de veterinarios se hacía cargo de una docena de perros, tres de ellos heridos de consideración, que fueron trasladados el día siguiente por la Policía Local de Güímar a un albergue de animales en el sur de la Isla”. Ayer mismo, la alcaldesa de Güímar obtenía el permiso del abogado de la administración de Justicia (antes secretario judicial) para enterrar al perro allí hallado muerto.

Foto FRAN PALLERO

Este operativo fue llevado a cabo por efectivos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría general de Policía Judicial, con sede en la capital del Reino y, aunque utilizaron hasta un dron para el servicio y contaron con efectivos del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) grancanario y de la Unidad de Intervención Policial (UIP) tinerfeña, la gran cantidad de personas presentes (más de 30, entre los cuales hay tanto tinerfeños como peninsulares y grancanarios, incluido un policía local de Adeje) hubo que rescatar a uno que se escapó de la zona y acabó con su coche dentro de un estanque cercano. Eso sí, al menos 11 de los detenidos durmieron el pasado fin de semana en los calabozos. Tras el desmantelamiento de una auténtica casa de los horrores caninos, alquilada desde el viernes al domingo a cambio de 400 euros por Modesto Díaz, un conocido transportista de la construcción, se produjo otro registro policial en El Ortigal (La Laguna). El secreto sumarial y la lógica prudencia para no entorpecer la acción policial impide añadir más que, en total, ya al menos hay 33 arrestados. De nuevo, Norberto Chijeb da otra clave de la envergadura de la trama: en la casa se encontró una pastilla de hachís (que pudo conducir a un registro santacrucero antinarcóticos llevado a cabo ayer) y bolsos que todavía tenían la identificación del embarque, de Gran Canaria o de la Península”. Por el suelo, jeringuillas y productos veterinarios, así como cazos para dar de comer o beber a los animales, porque según afirmaron los veterinarios, los perros, para evitar cualquier manipulación del rival dormían en las habitaciones con sus transportines. “Alquilamos la casa a un señor de unos 40 años, de buen aspecto”, comenta Díaz, y la querían para hacer una fiesta “con amigos de Las Palmas”. Es obvio que vinieron a la Isla para comer pipas y chuletas mientras veían morir a los perros. En cuanto al caso de Arona, se trata de una finca abandonada con las clásicas instalaciones para empaquetado donde se hallaron perros encadenados junto a una colección de aves, faisanes incluidos. No se descarta que suministraran estos animales para ritos diabólicos. Lo peor era el barranquillo angosto que, a modo de foso, servía como matadero de los perros, allí arrojados para ni gastar un cartucho en matarlos. Decenas de amigos de los animales, incluida la consejera insular de Podemos Mila Hormiga, irrumpieron en el lugar para ponerlos a salvo.

Secreto, secreto…, con pegatina y todo para no perderse por el camino

Pegatinas que guiaban a los apostantes por el camino hasta el chalé donde tenían lugar las peleas | FRAN PALLERO

Discreta, lo que se dice discreta, no era la supuesta banda criminal que organizaba apuestas ilegales sobre peleas de perros en Güímar. Hasta pegatinas, como la de la imagen, jalonaban el camino hasta la casa de los horrores caninos. Tremendo.

Antecedentes

Canarias se ha visto envuelta en una serie de casos de maltrato animal en 2017, cuando aún no han transcurrido ni dos meses de su inicio: en La Gomera, un cachorro de perro es asesinado a hachazos y su madre, ya renombrada como ‘Esperanza’, es gravemente herida por uno o varios desconocidos en una zona rural de San Sebastián de La Gomera, tal y como denunció la semana pasada el grupo proteccionista Proanimal La Gomera; en Lanzarote, a primeros de este febrero se supo que el Seprona (Guardia Civil) consideró como investigados (antes imputados) a dos varones por el terrible trato dado a un perro casi un año antes en la zona del Volcán de la Corona, dentro del término municipal de Haría; en Telde, de nuevo es el Seprona el que abre una investigación tras encontrar los cadáveres de cinco perros de caza en un lugar de muy difícil acceso en el Barranco Real del referido municipio de Gran Canaria, en hechos conocidos también a primero del mes corriente; y en Los Realejos, un grupo de turistas alemanes se topa con al menos una docena de podencos desnutridos, sin agua y rodeados de cadáveres de otros perros, en hechos denunciados a finales del pasado mes. El escándalo fue tal que hubo un amago de campaña contra Canarias.

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