La ausencia en La Palma de un espacio público para acoger y cuidar a los animales abandonados, continúa siendo una de las heridas abiertas que padece la isla y una asignatura pendiente de las administraciones públicas. Después de años lanzándose la pelota entre instituciones en materia de competencias, el Cabildo ha sido incapaz de sacar adelante este proyecto para la protección de los animales, que están siendo atendidos por voluntarios y protectoras, que en muchas ocasiones se han visto desbordados por la abundancia de los casos de abandono y la escasez de recursos con que cuentan para su atención.
Aunque se trata de una competencia municipal, el Cabildo asumió realizar este proyecto, para el que se eligió un terreno en el municipio de Tijarafe. La modificación del Plan General del municipio para poder realizar esta instalación en suelo elegido tiene frenada su ejecución.
La realidad es que a día de hoy no se han comprado los terrenos del futuro refugio, como confirmó el portavoz del Partido Popular, Carlos Cabrera, que además ha sido uno de los miembros del Cabildo que más han dado la batalla con este asunto tan sensible. El consejero calificó de “lamentable” esta situación. Una circunstancia que se podría haber evitado si el Cabildo hubiera elegido para su emplazamiento otro terreno, de titularidad insular, que estaba junto al punto limpio de Tijarafe. Este suelo finalmente se ha destinado para la futura planta de transferencia de residuos, que, según vaticina Cabrera, “no la veremos nunca”.
Mientras tanto, el voluntariado se desvive por dar una salida digna a los perros y gatos que deambulan por las cunetas de la carretera de La Palma. Y algunos ayuntamientos también han ido tomando medidas para atender esta problemática. Una situación que, como han denunciado diversos colectivos y especialistas en reiteradas ocasiones, ofrece además una pésima imagen de la isla de La Palma entre los turistas sensibilizados con esta problemática.
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