El orden de los factores en el PSOE sí altera el producto en la política canaria. No es lo mismo Susana Díaz que Pedro Sánchez, los dos candidatos con opciones de ganar el domingo las primarias a la Secretaría General de los socialistas en España.
Ambos aspirantes representan dos tendencias divergentes: basta recordar la historia reciente. La líder andaluza apoyó evitar unas terceras elecciones mediante la abstención del PSOE, que permitió al PP volver a gobernar el país; y el ex secretario general, que se oponía a ese paso y quiso explorar un acuerdo con Podemos, perdió el cargo por la dimisión de los abstencionistas de la ejecutiva federal, y renunció como diputado en las Cortes para no contribuir con su voto a la investidura presidencial de Mariano Rajoy. Con estos antecedentes, una victoria de Susana Díaz podría permitir al menos un acercamiento entre PP y PSOE, también en Canarias, donde CC gobierna en minoría, gracias a que los populares no han querido participar en una moción de censura con partidos de izquierda, a pesar de que contactos para ello, haberlos, los hubo, hace unos meses. No es que la elección de Díaz pudiera suponer una inmediata directriz de permitir un pacto PP-PSOE si se sumara alguna otra fuerza, sino que un triunfo de Sánchez espolearía a los populares canarios a entrar al Gobierno con CC, toda vez que los socialistas no apoyarán de todos modos los presupuestos del Estado y Rajoy podría aprobar las cuentas del resto de la legislatura con los votos de Ciudadanos, PNV, CC y NC, si este último partido da finalmente su sí a las de 2017 (están negociando para ello).
Un PSOE con un Pedro Sánchez que busque un Gobierno de centro izquierda con Podemos (que promueve una moción de censura contra Rajoy) podría resquebrajar todos los puentes tendidos entre PP y PSOE en Canarias, algo que hasta ahora ha mantenido una cierta incertidumbre sobre qué pasará el resto de la legislatura, si los populares siguen o no en la oposición.
En un país donde las mayorías absolutas tardarán en repetirse (en el Parlamento de Canarias ya es costumbre), la orientación que tengan las direcciones nacionales de los partidos pueden influir más que nunca en la política canaria.