Muere olvidado entre velas y miseria

Sus vecinos de Ofra alertaron hace medio año a los Asuntos Sociales sobre las penurias de José Antonio, pero nadie respondió y su cadáver se halló el martes, una semana después de su fallecimiento
Los operarios retiran los residuos acumulados en el piso del finado, ayer en Ofra. DA

José Antonio murió olvidado, entre velas y miseria. Le habían cortado la luz en su piso de Ofra, sin más compañía que la soledad. Sus vecinos son gente de bien, que no miran hacia otro lado a la hora de ayudar a un prójimo en apuros. Desde el pasado diciembre alertaron por vía oficial a los Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, pero nadie atendió a la llamada de auxilio, ni entonces ni el mes pasado. José Antonio murió el lunes o el martes de la semana pasada, pero no fue hasta el pasado día 23 cuando se encontró su cadáver. Al enterarse del óbito, uno de esos vecinos con principios, Manuel, supo convertir la mezcla de rabia e impotencia que le invadió en educada ironía, y volvió a escribir al Ayuntamiento para avisarles de que ya no tenían que preocuparse por José Antonio, que ya se había muerto y que disculpasen las molestias. Ayer, un equipo municipal fumigó la vivienda, de donde se llevaron kilos y kilos de la basura acumulada.

Primer aviso

Llevaban tiempo preocupados por José Antonio, el único inquilino del Segundo Izquierda del Portal 2 del número 3 de la calle Chiguergue, en el santacrucero barrio de Ofra. Así que, en vez de preocuparse, decidieron ocuparse. Hablaron con la administradora del edificio de la situación del anciano, que entendieron inadmisible tras percatarse de que por la noche se iluminaba con velas, inequívoca señal de que le habían cortado la luz por falta de pago. La administradora hizo suyo el encargo y alertó, con fecha del 15 de diciembre de 2016, en un escueto pero harto significativo texto: “Nos consta que le han suspendido el suministro de luz. Y dicha persona se alumbra con velas. Los vecinos están muy preocupados por riesgo de incendio y malos olores”. En el recuerdo, el mediático caso de Rosa, la anciana de 81 años fallecida en Reus a cuenta de las llamas causadas por las velas, ese símbolo moderno de la llamada pobreza energética.

Sin respuesta

Los meses pasan, las velas siguen encendidas cada noche en el Segundo Izquierda del Portal 2 del número 3 de la calle Chiguergue, en el santacrucero barrio de Ofra. Donde vive José Antonio, sin más compañía que la soledad, las velas y, como ayer se comprobó, kilos y kilos de residuos varios. Tras casi cinco meses sin noticias de Asuntos Sociales (¿cuántas velas se necesitan para iluminar 117 noches?), a Manuel le puede el coraje que provoca lo inminente de la tragedia sin que nadie la evite, y él mismo es quien, con fecha del pasado 11 de abril, alerta a las autoridades municipales: “El 15 de diciembre del pasado año se presentó el escrito que se adjunta, informándoles de las circunstancias personales de un vecino. La situación sigue igual o peor. Espero tomen las medidas oportunas antes de que suceda una catástrofe”, rezaba su solicitud de algún tipo de socorro para José Antonio, acompañado de esta tristemente acertada admonición: “En caso de que suceda cualquier desgracia, tendremos que poner en conocimiento de las autoridades judiciales el presente correo con el documento adjunto, por si hubiera responsabilidades de los responsables municipales”.

El desenlace

Esta semana no pudo empezar peor para los vecinos de la calle Chiguergue. En los últimos días, nadie vio la tenue y oscilante luz de las velas en el Segundo Izquierda del Portal 2 del número 3 de la calle Chiguergue, en el santacrucero barrio de Ofra. El hedor ya es insoportable, y la experiencia dice a los policías llegados al lugar que es la muerte quien ahora reside allí. Son los bomberos quienes tiran la puerta abajo y descubren el cuerpo sin vida de José Antonio, confirmando así los peores temores de unos vecinos bombardeados por todo tipo de sentimientos menos uno: a nadie le sorprende el fallecimiento.

El epílogo

Ha pasado medio año desde que avisaron a unas autoridades de las que nunca obtuvieron la más mínima respuesta, a pesar de que cuentan con el acuse de recibo de los correos enviados. En la mañana de ayer vieron llegar a unos operarios vestidos cual marcianos de blancos ropajes: son los encargados de retirar a un contenedor bolsas y bolsas de basura y muebles viejos, que se amontonaban sobre unos suelos cubiertos, en algunas zonas, por una capa de notable envergadura formada por innumerables colillas y cajas de los cigarrillos que fumaba el finado.

Es la miseria, que residía, junto a José Antonio, sus velas y su soledad en el Segundo Izquierda del Portal 2 del número 3 de la calle Chiguergue, en el santacrucero barrio de Ofra.

“Ya no hace falta que intervengan; disculpen por las molestias”

Mensaje enviado por un vecino a los Asuntos Sociales municipales al día siguiente de encontrar muerto a José Antonio: “Estimados señores, en referencia al correo anterior, solo darles las gracias por la preocupación mostrada y decirles que ya no hace falta que intervengan. El vecino ha sido encontrado muerto en su domicilio debido al fuerte hedor que emanaba de su vivienda, pues, al parecer, llevaba muerto más de una semana. Pido disculpas por haberles hecho perder el tiempo.
Atentamente”.

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