Otra opción para el Palacio de Justicia: el solar de la catedral, en Cabo Llanos

La única posibilidad para seguir en Cabo Llanos con el plan inicial de aglutinar todas las sedes implica una costosa operación urbanística; hay diálogo, pero la opción del suroeste sigue tramitándose.
Imagen de parte de la llamada parcela religiosa en Cabo Llanos. Sergio Méndez
Imagen de parte de la llamada parcela religiosa en Cabo Llanos. Sergio Méndez
Imagen de parte de la llamada parcela religiosa en Cabo Llanos. Sergio Méndez

El amplio rechazo suscitado en el sector judicial a los planes del Gobierno de Canarias para construir una Ciudad de la Justicia en una parcela de la calle de Los Bimbaches, en el barrio de El Sobradillo, ha reabierto la posibilidad de que el nuevo inmueble se ubique finalmente en Cabo Llanos, tal y como prefieren tanto jueces como fiscales, abogados, procuradores y trabajadores. Ello no quiere decir que se hayan paralizado los trámites para El Sobradillo, pero las administraciones implicadas (el propio Ejecutivo regional y el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife) mantienen la puerta del diálogo abierta y nada está descartado al respecto.

Las posibilidades para seguir en Cabo Llanos se pueden resumir en dos, y la más factible sería la del solar previsto en su día para usos religiosos. Estos terrenos están frente al Intercambiador, son utilizados informalmente como aparcamiento y se encuentran prácticamente al lado de dicho Palacio, si bien habría que superar dos obstáculos. El principal es que, dado su tamaño, solo serviría para albergar un edificio complementario al Palacio actual, por lo que el Gobierno de Canarias tendría que renunciar a su plan inicial de reunificar todo lo relacionado con la Justicia, tanto las sedes propias del partido judicial capitalino como las que superan dicho ámbito, como puede ser la Audiencia Provincial, la sede tinerfeña del Tribunal Superior de Justicia de Canarias o el Instituto de Medicina Legal.

Dicha intención no es exclusiva de esta capital, por cuanto es el planteamiento que hoy impera por todo el país, tal y como se ha llevado a cabo, sin ir más lejos, en Las Palmas de Gran Canaria.
El segundo obstáculo también es de consideración, pero no imposible. A diferencia de lo que ocurre con el solar de El Sobradillo, el de Cabo Llanos es un bien patrimonial y no demanial. La principal diferencia entre ambas categorías radica en la indisponibilidad de los demaniales, con destino obligatorio a uso o servicio público. Pero al ser patrimonial la operación se complica, dado que el Ayuntamiento está obligado a defender, como no podía ser de otra manera, su patrimonio.

Lo que sí está descartado es la opción de unir la, digamos, parcela religiosa con otra contigua prevista para uso hotelero. La religiosa está, llamémoslo así, disponible; la hotelera, no.

La otra opción para seguir en Cabo Llanos está prácticamente descartada por su coste para el Ayuntamiento capitalino, siempre pensando en respetar el plan inicial de reunificación. Este plan C pasaría por unir otros terrenos en esta zona que tienen previsto un uso educativo con uno cercano, más pequeño, de uso judicial. En medio hay otra parcela donde se construirá una plaza pública y que se encuentra afectada por un convenio firmado con DISA. Si se optase por este camino, compensar a Educación con terrenos similares en Cabo Llanos y a la empresa privada económicamente se antojan obstáculos de mayor entidad que los de la parcela religiosa.

El diálogo sigue abierto, pero los trámites que tienen como base el solar de El Sobradillo siguen adelante, hasta el punto de que poco falta ya para terminar los preparativos necesarios para el concurso de ideas.

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