Pedir perdón

Basta con hacer un ejercicio de memoria -o revisar las hemerotecas- para hacernos una idea de cuántos políticos de Coalición Canaria han desfilado por los juzgados y han sido condenados

Basta con hacer un ejercicio de memoria -o revisar las hemerotecas- para hacernos una idea de cuántos políticos de Coalición Canaria han desfilado por los juzgados y han sido condenados. El más reciente es el llamado caso Las Teresitas, pero no es el único en el que los nacionalistas antepusieron sus intereses a los de la ciudadanía. Sin embargo, pese a los escándalos de corrupción que han jalonado la historia de CC, ningún dirigente de este partido ha dado un paso al frente para pedir perdón a los ciudadanos a los que se ha ocasionado un perjuicio.

Por el contrario, los nacionalistas no han escatimado actos de apoyo popular a los miembros de su partido cuando estaban siendo investigados por la Justicia en un intento de conjurar las acusaciones y atribuirlas a una suerte de complot de las fuerzas del mal para debilitar el nacionalismo canario, cuando en realidad lo que estaban debilitando eran las cuentas públicas y el contubernio tenía poco que ver con la ideología y mucho con los negocios.

Es una estrategia típica de los nacionalismos de este país: buscar mártires para la causa de cara a la galería mientras en los fontaneros urdían los porcentajes, las recalificaciones, los planeamientos, las salvedades legales y los aforamientos que dilataran los procesos judiciales para engrasar la maquinaria del partido para que todo funcionara bien y Canarias estuviera a salvo.

Si al final todo fallaba, que falló y en varias ocasiones, la estrategia es para nota. Un “si te he visto no me acuerdo” que ha ejecutado con maestría, en las últimas semanas, el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, que se refirió a la sentencia del caso Las Teresitas como algo que ocurrió hace muchos años. Como si no hubiera ocurrido en Canarias, en Santa Cruz de Tenerife; como si la ciudad no llevara años sin disponer de una playa en condiciones; como si Coalición Canaria no fuera el partido de los condenados en primera instancia; como si la capital no hubiera perdido millones de euros; como si no hubiera que devolverlos; como si no hubiera pasado nada.

Y para rematar la maniobra de distracción, cuando le preguntaron por las responsabilidades políticas de Coalición Canaria, el presidente cortó tajante su relación con el caso: “Pregúntenle a Barragán”, dicen que respondió. Y Barragán dijo que cuando haya sentencia firme seguramente pedirían disculpas, mejor dicho, harán una declaración en ese sentido. En el sentido de siempre, me imagino: ocurrió hace muchos años, esa persona no pertenece a Coalición Canaria, no me suena, yo pasaba por aquí…

Es lo mismo que ocurre con el código ético de los nacionalistas o el pacto anti transfuguismo. Todo tiene matices. Que si es un delito administrativo menor, como si los delitos dejaran de serlo en función de su jerarquía en el Código Penal o Civil; que en realidad no es un tránsfuga sino un colaborador esencial en el desarrollo del municipio… “Desde que se inventaron las excusas, todas son válidas”, que diría un conocido mío.

Pero aquí no caben más excusas y la altura política es proporcional a la celeridad con la que se reconocen los errores cometidos y se piden disculpas por ellos. Y lo más importante, se devuelven a las arcas públicas el dinero que se le hurtó a los ciudadanos.

*CABEZA DE LISTA DEL PSOE DE LA LAGUNA Y CONCEJAL

TE PUEDE INTERESAR