El problema de los militantes socialistas es que, exhaustos, han votado sin saber realmente qué opción los hará felices o infelices, expuestos (mucho) a que una realidad más o menos inminente entierre su desahogo dominical bajo toneladas de decepción. Resucitar a Sánchez aleja a los militantes del punto de ajuste de felicidad que recomiendan los psicólogos. Difícilmente puede asociarse a Sánchez, candidato a presidente del Gobierno en las dos últimas generales, a una voluntad de cambio o triunfo electoral. Lejos de empezar lo siguiente han decidido prorrogar lo anterior. Los militantes han dado la espalda a millones de votantes que se la han dado (dos veces) a Sánchez, un divorcio que desdibuja cualquier hipótesis de recuperación en las urnas. Acercándose al hilo conductor del podemismo se aleja del voto de centro-izquierda, condenándose a quemar su discurso buscando un espacio donde Iglesias se mueve mejor. A ojos del electorado de centro Sánchez se pasa y a oídos de los de izquierda-izquierda se queda corto, dejando así al PSOE en tierra de casi nadie. Al PP Sánchez se le da bien, y a Podemos también. El regreso de Sánchez supone la ruptura del diálogo PP-PSOE. Rajoy se atrincherará con PNV, Ciudadanos, Coalición y Nueva Canarias para agotar la legislatura, multiplicándose así la cotización de Oramas y Quevedo. Aquí, en las Islas, Coalición crece con Sánchez porque rotos los puentes entre socialistas y populares el PP pierde la centralidad, recuperándola CC. La posición negociadora del PP de cara a su posible entrada en el Gobierno canario se debilita con la incomunicación PP-PSOE que trae consigo el regreso de Sánchez. Los socialistas canarios han votado, siquiera inconscientemente, por el reencuentro CC-PP. La resurrección de Sánchez aleja a los socialistas de las Islas de su punto de ajuste.
Punto de ajuste (1)
El problema de los militantes socialistas es que, exhaustos, han votado sin saber realmente qué opción los hará felices o infelices, expuestos (mucho) a que una realidad más o menos inminente entierre su desahogo dominical bajo toneladas de decepción