“En el sector estamos obligados, por madurez y responsabilidad, a estar unidos”

Hace escasamente un par de meses que llegó a la presidencia de Asprocan, la Asociación de Productores de Plátanos de Canarias, después de que Henry Sicilia anunciara sorpresivamente su marcha
Domingo Martín, presidente de Asprocan. Sergio Méndez
Domingo Martín, presidente de Asprocan. Sergio Méndez
Domingo Martín, presidente
de Asprocan. Sergio Méndez

Hace escasamente un par de meses que llegó a la presidencia de Asprocan, la Asociación de Productores de Plátanos de Canarias, después de que Henry Sicilia anunciara sorpresivamente su marcha. Asegura que no lo tenía previsto, pero destaca que es un hombre de la casa muy vinculado desde siempre a la asociación y al sector del plátano como gerente de Cupalma. En su primera entrevista como presidente de la patronal, destacó la necesidad de unión del sector para seguir viviendo y defendió las llamadas picas (retirada de plátanos del mercado) cuando no queda otro remedio para evitar la ruina del agricultor por los bajos precios del mercado, a pesar de ser “políticamente incorrecto”. Pide también que el plátano entre en las ayudas al transporte, pero no a costa de perjudicar a otros productores que sí las reciben.

-¿Cómo fue la reunión con la ministra de Agricultura en La Palma? ¿Se llegó a algún tipo de compromiso?

“Bueno, fue bastante bien. La reunión tenía el objetivo de trasladar a la ministra la necesidad de que se den los primeros pasos para el reconocimiento de la ayuda al transporte para el plátano. Hay una desprotección de esta fruta frente a otras producciones mundiales, sobre todo de Ecuador, que, como sabe, es el mayor comercializador de banana del mundo. La intención es que el agricultor se sienta más protegido frente a los menores precios que hay en el mercado”.

-¿Y cuánto piden de ayuda?

“Un incremento progresivo y adicional de las partidas disponibles hasta completar el tope del 70% de la ayuda al transporte en un plazo de tres años, coincidiendo así con la finalización del descreste arancelario a terceros países productores de banana. Por eso es necesario empezar ya mismo. Pero quiero dejar clara una cosa: esta ayuda no tiene que ser a costa del resto de subsectores económicos que actualmente la perciben”.

-¿Y qué les dijo la ministra?

“Bueno, en primer lugar, que a quien hay que hacerle esta petición es al ministro de Fomento, pero se mostró dispuesta al estudio de las condiciones previstas por el real decreto y los mecanismos establecidos para regular la inclusión del plátano en las ayudas al transporte”.

-¿Ha hablado con Coalición Canaria y Nueva Canarias, que ahora están negociando los presupuestos, para que aprieten un poco al Ejecutivo central?

“Estamos en diálogo con todos los grupos políticos para hacerles entender que es necesario que se nos abran las puertas, porque los ingresos de los agricultores han bajado en los últimos años por la disminución de precios en el mercado y la bajada de aranceles”.

-¿Cómo está el sector actualmente? En Europa han sorteado muy bien el problema que se les venía encima con Ecuador. ¿Y ahora que es lo que sigue?

“Sí ha sido un éxito, porque este observatorio de precios nos permitirá estar vigilantes. Ahora, además de pelear las ayudas al transporte, tenemos que tener en cuenta que a partir de 2020 se han de fijar las nuevas ayudas para el próximo periodo de siete años y, de aquí a 2020, hay que seguir negociando, conjuntamente con los socios franceses y portugueses, para conseguir que estas ayudas se mantengan en el tiempo, frente a presupuestos que vendrán muy complicados y desinflados tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea”.

-¿Cree que el brexit puede afectarnos? Habrá que repartir menos dinero entre los mismos.

“Vamos a estar alerta para que a las regiones ultraperiféricas no nos afecten este tipo de recortes por la debilidad que tenemos frente a otras regiones”.

-¿Cuál es el principal problema del plátano ahora? ¿Los bajos precios?

“Llevamos unos cuantos años con los precios bajos, aunque la cuota de mercado del plátano se mantiene. Las campañas están funcionando bien y el producto se vende en volumen de manera interesante, pero lo que no acompaña son los precios”.

-¿Por qué está el plátano tan caro?

“Los márgenes de las distribuidoras son difícilmente controlables”.

-Las ayudas al transporte que piden, ¿podrían reducir los precios?

“Entiendo que no, porque de lo que se trata es de que el agricultor tenga una mayor renta. Mire, uno de los mayores problemas que tiene el sector agrario, en general, son los márgenes de los detallistas en el último punto de venta, que si fueran más razonables, el consumidor podría adquirir más volumen y el productor más renta. Sería perfecto, pero no es fácilmente conseguible porque las distribuidoras tienen cada vez más poder y solo es la propia competencia entre las grandes distribuidoras las que pueden ayudar a que esos márgenes bajen”.

-Uno de los grandes retos de Asprocan es la comercialización. De hecho, ya han empezado las exportaciones a Marruecos.

“Exacto. En Asprocan hay cerca de 50 empresas asociadas que están organizadas en seis organizaciones de producciones. Hacemos acciones comunes, como por ejemplo, la publicidad y el marketing, pero no comercializamos juntos. Lo que sí estamos intentando es establecer líneas en común, como la que menciona de Marruecos, para que, en momentos determinados de mucho volumen en el mercado nacional, logremos evitar que se hunda. Cuando hacemos la retirada, lo que se conoce como pica, la hacemos precisamente para evitar ese tipo de hundimiento de mercado”.

-Se les critica mucho por hacer esas retiradas de plátanos.

“Si, bueno, pero es que hay que entender que es una actuación normal en agricultura porque las producciones no son controlables, dependen del clima y del mercado, que no es constante. Tratar de hacer coincidir una producción adecuada con un mercado adecuado es prácticamente imposible. Ya en los países con las agriculturas más avanzadas evitan el hundimiento de precios. Cuando llega un tope mínimo de precios que ya es ruinoso para el agricultor, pues es mejor retirar el producto del mercado. Es cierto que, como dice usted, a mucha gente le parecerá políticamente incorrecto, pero más políticamente incorrecto es que se arruinen los agricultores. Y, al fin y al cabo, es como la poda de un árbol. Da pena quitarle las ramas, pero en agricultura es típico eliminar, podar, para mantener la planta. Aquí es lo mismo, se trata de eliminar una parte de la producción para que el resto sea rentable. Lo que tiene que pensar es que se elimina el 2% para que el 98% restante tenga un precio digno mínimo para el agricultor”.

-Sí, pero tirarlos no está bien visto.

“No siempre es así. Hacemos muchas donaciones a los bancos de alimentos, pero estos tienen una capacidad, y ahora estamos por hacer exportaciones, pero llega un momento en el que hay que salvar al agricultor, y si hay que retirar, pues lo tendremos que hacer. Es una medida mucho más humana salvar a los agricultores, aunque la retirada esté mal vista”.

-¿Y todo el sector apoya esta medida?

“No. Es cierto que en el sector hay diferencias sobre ese asunto, pero se hace por el bien común. No se puede permitir que, por opiniones políticas, los agricultores se arruinen. No porque a uno le parezca feo picar debemos permitir que un agricultor se arruine. Y si a alguno le parece mal, pues que dé una idea. Lo que no se puede hacer es no hacer nada y dejar que el mercado se hunda. De vez en cuando hay que tomar decisiones que no gustan”.

-Ustedes han sido un ejemplo de sector unido, un lobby con mucha presión en Europa, ¿esto sigue así?

“Luchamos por la unión porque sabemos que ahí nos va la vida. El sector ha existido así durante tantos años porque ha permanecido unido. Desde que esa unión no exista para lo fundamental que son, las ayudas, la publicidad y el control de crisis de precios, el sector se morirá antes o después. Siempre hay voces criticas, pero en Asprocan entendemos que la unión es obligatoria para seguir adelante. Estamos obligados, por madurez y responsabilidad, a estar unidos. Hay cosas que tenemos que seguir haciendo conjuntamente porque si no, el sector desaparece del mapa como lo han hecho otros”.

-Usted llegó casi de sopetón a la presidencia de Asprocan tras la sorpresiva renuncia de Henry Sicilia. ¿Lo tenía previsto?

“No, de ninguna manera. Soy un clásico en Asprocan. Llevo muchos años vinculado a la asociación, pero le digo en serio que ni lo esperaba ni lo tenía previsto. Hay ocasiones en las que hay que cargar el santo en las procesiones, y yo, en esta ocasión, estaba donde tenía que estar”.

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