Sistemas políticos europeos (II)

La pasada semana situábamos los sistemas electorales europeos, de los que hoy, al calor de las primarias del PSOE español

La pasada semana situábamos los sistemas electorales europeos, de los que hoy, al calor de las primarias del PSOE español, analizamos sus sistemas políticos y para los mismos países, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Grecia y Holanda, que hacen de fondo para entender España. Las construcciones electorales y políticas son dinámicas, más ahora en la globalización, donde todo cambia. El actual debate de Europa se centra en equilibrar un capitalismo competitivo con los estatismos de izquierdas o derechas. Elegir entre estos dos esquemas básicos de economía y sociedad. La deriva europea se complica con el brexit, con la situación francesa y hoy con la española. Donde hacemos mínimas reformas para mantener un sistema estatista, sin impulsar el dinamismo de la economía y la movilidad social. La situación hispana se distorsiona, porque junto a su economía hemos desconfigurado la educación y la nación, soportes de un estado activo. Las tres opciones del PSOE apostaban por reforzar la socialdemocracia, ninguna por unificar la educación y dos por negar la nación. A su vez, todas exigen más impuestos. Europa va siendo consecuencia de los desastres que producen los políticos agitando antagonismos y renunciando a impulsar un “proyecto común”, dando con ello pie a los populismos. En el Reino Unido, el brexit es expresión de la crisis de Europa, que no acaba de asumir el Tratado de Lisboa, ha erosionado el “vínculo atlántico” y las urgentes reformas económicas. Es un país más liberal y con menos gasto público/PIB que los continentales. Francia es el país de Europa con el mayor gasto público relativo. No podrá crecer en la globalización sin un ajuste claro de su Estado. Que lo harán los social-liberales, con los socialistas hundidos en el 6% de los votos y el populismo en alza. Alemania es el gran beneficiado de la unión, el mayor exportador del mundo.

Con un sólido y unificado sistema político económico y social. Su socialdemocracia presenta síntomas de retroceso. Quien lidera debe ofrecer soluciones para todos. En Italia desapareció el partido socialista y gobierna la Coalición del Bien Común, gracias al cambio del sistema electoral. Mantienen un estado sobredimensionado y una economía átona. En Grecia, el PASOK, que gobernó casi siempre, es testimonial, con el 6% del voto. No es viable como estado independiente y lo mantiene Europa por necesidades geoestratégicas. Es gobernable gracias al cambio del sistema electoral. Tsipras ha evolucionado su populismo hacia un estatismo de izquierdas. Holanda se sitúa en el bloque de los países del norte viables, con cultura de trabajo luterana. Su socialdemocracia evolucionó hacia el liberal-socialismo de Mark Rutte. Forma parte del núcleo duro de la UE.

En la evolución de las democracias europeas, ha sido la socialdemocracia la peor parada. Desapareció de Italia, casi de Grecia y Francia; los laboristas ingleses de Corbyn, alejados de la tercera vía de Tony Blair, lo tienen difícil, y los alemanes, lo mismo. Los resultados de las primarias del PSOE hispano, sostenidos en el rechazo a las oligarquías del partido, van de victoria en victoria hacia la derrota final. No parece claro el futuro de un PSOE dividido entre retomar la socialdemocracia clásica o los populismos del sur de Europa, donde encuentran en España fuerzas mejor representadas. Con un PSOE seccionado, sin modelo político propio y unitario adaptado a la globalización y a Europa, sin modelo de nación, es posible que sigan los mismos caminos que la situación comparada de Europa nos ofrece. España debe situarse en una Europa reforzada, que reduzca la sobredimensión de lo público y se ocupe de sus ciudadanos y economía.

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