SOS para las personas que se ‘adueñan’ de la plaza de la iglesia

Vecinos y familias de alumnos del CEIP Tomás de Iriarte piden una solución para evitar a diario un espectáculo lamentable de peleas, comida tirada y ropa tendida en los bancos
Las personas que a diario ‘se adueñan’ de la plaza de la Iglesia suelen dejar esparcidos restos de comidas y bebidas alcohólicas esparcidas. Sergio Méndez

 

Es la postal menos deseada para los turistas que visitan el Puerto de la Cruz y los vecinos de la zona. Pero lamentablemente es la que tienen a diario desde hace un largo tiempo. La situación no es nueva pero se ha recrudecido en los últimos meses según los vecinos. Y a pesar de que van de forma constante al Ayuntamiento, han hablado con el jefe de policía y el concejal de Bienestar Social, Víctor Cabo, y éstos realizan un seguimiento, resulta difícil ponerle solución.

Entre cuatro y cinco personas, todas con problemas mentales y de adicciones, se han instalado en los aledaños de la plaza de la iglesia de la Peña de Francia, un lugar emblemático de la ciudad que han hecho suyo, donde a diario ofrecen un espectáculo lamentable. Además de lavar prendas y asearse en la fuente pública, exponen su ropa en los bancos a modo de tendedero, dejan esparcidos restos de comidas y bebidas alcohólicas, se pelean e insultan entre ellos, y orinan y hacen sus necesidades.

Todos estos hechos ocurren a primera luz del día y coinciden con la entrada y salida de los alumnos del colegio Tomás de Iriarte. Por eso, padres, madres y tutores los detallan en una carta que entregarán al alcalde, Lope Afonso, para reclamarle que se tomen medidas urgentes al respecto. No es la primera vez que se dirigen al Ayuntamiento, ya lo han hecho en otras ocasiones con anteriores mandatarios.

El centro educativo colinda con la Unidad de Atención a la Dependencia donde se gestiona el programa de mantenimiento de metadona, y aunque lleva en ese punto muchos años, los progenitores consideran que el Gobierno debería replantearse si es la mejor ubicación posible.

Víctor Cabo asegura que desde el Ayuntamiento se adoptan todas las medidas posibles para intentar frenar este problema pero es complicado “porque no se infringe ninguna ley”. No obstante, se actúa en base a la ordenanza de convivencia ciudadana y tanto la Policía local como el personal del área trabajan con estas personas para concienciarles sobre su conducta, su aseo, y ponerles, como última medida, la multa correspondiente, aunque de nada sirve porque son insolventes. Incluso, se les apoya económicamente para que puedan comprarse comida y medicamentos vigilando que no malgasten el dinero en otras cosas.

“Son adictos y hay uno de ellos que tiene problemas mentales, no son indigentes. la mayoría tiene una casa donde vivir pero no tiene familia, ése es el problema más grave”, explica Víctor Cabo.

Los vecinos corroboran que la policía hace rondas por la zona “pero estas personas hacen caso omiso a lo que le dicen y se les ríen en la cara”, comenta una mujer que vive en uno de los edificios aledaños.

El edil asegura que desde el Ayuntamiento se ha conseguido que solo haya cuatro personas porque llegaron a ser diez y se trabaja para seguir hablando con ellos, persuadirlos y que vuelvan a sus viviendas. No es una tarea fácil, ya que además de tiempo requiere mucha paciencia. No obstante, Víctor Cabo “tiene la esperanza” de que vayan entrando en razones.

Los vecinos, las familias de los alumnos del CEIP Tomás de Iriarte y los ciudadanos del Puerto de la Cruz en general también confían en que así sea para que estas personas encuentren un hogar y para que la postal que se ofrezca de ese emblemático espacio portuense cambie de aquí en adelante.

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