Cuidadín, Bermúdez

Si resulta que Bermúdez, el alcalde, metió en el cajón de su mesa de roble un informe de los servicios jurídicos del Ayuntamiento, en el que se dice que la obligación de la corporación es proteger el patrimonio municipal

Si resulta que Bermúdez, el alcalde, metió en el cajón de su mesa de roble un informe de los servicios jurídicos del Ayuntamiento, en el que se dice que la obligación de la corporación es proteger el patrimonio municipal; si resulta que, en cierto asunto que se dirime en los tribunales, el patrimonio de Santa Cruz puede resultar mermado; si resulta que no se ha pedido el preceptivo informe al Consejo de Estado, como ocurrió en un caso similar con la Biblioteca de Las Palmas, que quedó intacta; si resulta que el poco celo del alcalde -aparente- por preservar ese patrimonio podría entrar en las figuras jurídicas de prevaricación (dictar, a sabiendas, una resolución injusta) o incluso de malversación por dañar el erario público; si resulta que el pequeño alcalde (pequeño de estatura pero un gigante en política, je) puede tener fuerte réplica en el PP, incluso en sus compañeros de corporación de ese partido; si resulta todo eso, que ya es bastante resultar, yo de Bermúdez sacaría el informe del cajón de la mesa de roble, lo metería en el juzgado, lo trasladaría al Consejo de Estado, y haría mil cosas para que una absurda resolución judicial (derribar un edificio para construir otro encima) no se llevara a cabo. Y que salgan de la cárcel las personas que permanecen en ella, no por mamarse un duro, sino por supuestamente equivocarse en un metro. O en cien. Y, además, del mismo partido que Bermúdez. Claro, que no se puede esperar nada de un partido que espía a sus militantes con cámaras de televisión y micros en su propia sede.

Pero a lo mejor al caso hay que echarle un poco de sensatez para que CC dé la sensación de partido serio, que protege a los suyos y a lo que es de todos. Cuidado porque aquí te llevan al talego por un quítame allá esas pajas.

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