Defensa inicia por sorpresa la expropiación forzosa de Hoya Fría

Los propietarios de los terrenos acogen con sorpresa el anuncio del BOE y recuerdan que el Ministerio sigue sin cumplir los pagos acordados por el arrendamiento de la finca
El litigio por estos terrenos se remonta a 1937, cuando fueron donados como rescate de un familiar encarcelado tras el golpe franquista. DA

Sorpresa mayúscula, y no precisamente de las más agradables, para los propietarios de los terrenos de Hoya Fría que hoy sigue ocupando el Ejército.

Sin previo aviso a los dueños de la finca en cuestión, el Ministerio de Defensa inició ayer de forma unilateral el proceso para la expropiación forzosa de parte de dichos terrenos, al publicar en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la apertura del preceptivo trámite de información pública para quedarse, previo pago, con 53.792 de los más de 200.000 metros cuadrados que conforman la propiedad, justo la parte considerada como “necesaria para el mantenimiento en su actual ubicación de la Base Militar de Hoya Fría”. La noticia fue capturada ayer por este periódico en un seguimiento rutinario del BOE.

Esta apuesta por la expropiación forzosa se produce menos de dos meses después de que el departamento que hoy dirige María Dolores de Cospedal interrumpiera súbitamente las negociaciones para la compra de la finca, decisión justificada en su día por el contenido de una grabación policial en la que dos dirigentes del Partido Popular (el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, ahora encarcelado, y el exministro de la era Aznar Eduardo Zaplana) “querían influir en la resolución de ese expediente”, tal y como definió entonces el secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde.

Asombro

Conrado Rodríguez-López Braun, portavoz de la comunidad de propietarios (la gran mayoría herederos de la conocida familia tinerfeña Rodríguez López), manifestó ayer a DIARIO DE AVISOS su sorpresa ante el anuncio del BOE, del que nunca tuvieron previo aviso. “Nos hemos quedado muy sorprendidos porque, desde que anunciaron la interrupción de las negociaciones, llevamos mes y medio intentado ponernos en contacto con el Ministerio, pero no han tenido a bien recibirnos, cuando nosotros no tenemos nada que ver con la conversación telefónica en cuestión, donde dos personas ajenas a los propietarios y que ni siquiera son de la Isla mencionan, quién sabrá por qué, los terrenos de Hoya Fría”.

Durante la conversación con este periódico, Rodríguez-López no pudo ocultar su decepción ante el inesperado anuncio de Defensa, a la par que manifestó su deseo de no tener que iniciar otro largo litigio como el que hace 10 años acabó con una sentencia del Tribunal Supremo en la que se les devolvía la propiedad de los terrenos en cuestión, donados forzosamente tras el golpe de Estado franquista como pago del rescate de un familiar, Rubens Marichal, capturado por los sublevados.

En cuanto a cómo se encontraban las negociaciones cuando fueron interrumpidas por orden directa de la ministra María Dolores de Cospedal (cuyo marido, Ignacio López del Hierro Bravo, es calificado como presunto comisionista en otra grabación telefónica a Ignacio González en la misma Operación Lezo), el portavoz de los propietarios de Hoya Fría explicó que el Ministerio “sigue sin pagar lo acordado por el actual arrendamiento de esa parte de la finca, pero ahora anuncian su expropiación forzosa. Es más, el plazo acabó en diciembre, pero se les prorrogó hasta el mes pasado con la condición de que, en cuanto hubieran presupuestos generales del Estado, nos abonasen lo que nos deben”. Respecto al resto de la finca, Conrado Rodríguez-López aclaró que también está en vigor un contrato de arrendamiento que expira en 2019.

Sea como fuere, el portavoz de los propietarios expresó su esperanza en que la situación se reconduzca de forma amistosa, si bien reconoció que sus abogados ya analizan el expediente desde que tuvo noticia, como este diario, de la publicación en el BOE por parte de la Dirección General de Infraestructura del Ministerio de Defensa, con número de referencia 35.436.

Curiosamente, y según ha podido averiguar este periódico, los datos publicados ayer por el Boletín Oficial del Estado no se ajustan enteramente a la realidad, porque de los 53.792 metros cuadrados en cuestión habría que restar aproximadamente unos 9.000 metros cuadrados que ya fueron expropiados en su día por el Ministerio de Fomento a cuenta del paso de una carretera por dicho tramo.

Culebrón

La historia de los terrenos de Hoya Fría ahora en disputa es un culebrón que arranca hace 80 años, cuando la familia Rodríguez López (cuyo miembros más conocidos por la opinión pública son Álvaro y Heliodoro Rodríguez López, que hoy día sigue dando nombre al estadio de fútbol donde juega el Club Deportivo Tenerife) donaron al Ejército esta finca como rescate de Rubens Marichal. Eso sí, tuvieron la prudencia de incluir como condición que el uso de los terrenos tenía que ser exclusivamente militar, lo que les valió para recuperar los terrenos hace 10 años, cuando una sentencia del Supremo les dio la razón al considerar probado que Defensa había vendido una parte con fines inmobiliarios.
Lo cierto es que, en realidad, el Ejército estaba dispuesto por aquel entonces a cambiar su actual emplazamiento de Hoya Fría y el que ocupa en otros lugares del área metropolitana tinerfeña a cambio de construir una gran base militar en Los Rodeos, a priori un planteamiento mucho más acorde con las necesidades modernas de un Ejército como el español.

Topan con Molina

Sin embargo, estos planes gubernamentales se toparon con la férrea oposición del grupo de presión agrupado en la Asociación de Ganaderos de Tenerife (Agate), con su indiscutible líder al frente, Pedro Molina, que a su vez consiguió el pleno apoyo de administraciones como el Ayuntamiento de La Laguna y, lo que aún es más importante, de la inmensa mayoría de la opinión pública insular, reacia a perder así una de las zonas agrícolas más productivas de Tenerife. Los sueños de la gran base aérea se difuminaron a pesar de que, en el intercambio, se incluían inmuebles tan relevantes como los de Infantería en la plaza del Cristo o las de Ingenieros en La Cuesta. Tras la solución provisional de los arrendamientos, tocaba negociar la compra. Hasta ayer. Ahora, ordeno y mando expropiar.

Condenado por el asesinato frustrado a Franco en Capitanía

“¡Socorro, auxilio, pistoleros!”, dicen que gritó el futuro dictador con su inconfundible voz aflautada cuando detectó a los tres asesinos encaramarse hacia sus habitaciones desde el patio del Palacio de Capitanía de Santa Cruz de Tenerife, alaridos que sus hagiógrafos niegan, como no podía ser de otra manera. Era el 14 de julio de 1936, cuatro días antes del golpe de Estado, y la relación de este atentado que pudo cambiar la historia de España con los terrenos de Hoya Fría radica en que Álvaro Rodríguez López, probablemente el naviero más importante de la historia de Canarias, entregó dicha finca a cambio de la libertad de su primo, Rubens Marichal, condenado por financiar la huida del escultor anarquista catalán afincado en Santa Cruz Antonio Vidal Arabí, uno de los tres fallidos pistoleros de aquella noche. Los buenos oficios de un militar amigo de la familia de empresarios facilitó el canje, y, si bien Marichal evitó así una larga condena en Fyffes, enfermó allí del enfisema que, en 1947, acabó por costarle la vida. Hoy en día, tanto Álvaro Rodríguez López como Rubens Marichal, que fuera consejero insular por el Partido Radical, dan nombre a sendas calles de Santa Cruz.

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