La Biblioteca Antonio Abdo, un oasis del teatro a pie de calle

Antonio Tabares y Víctor Hernández Correa mantienen viva, en Santa Cruz de La Palma, la única biblioteca pública especializada en esta materia que existe al menos en Canarias, de forma altruista
Antonio Tabares y Víctor Hernández Correa, en la Biblioteca Antonio Abdo. | D. S.

“Anárquica y callejera”. Así describe Víctor Hernández Correa la Biblioteca de Teatro Antonio Abdo de Santa Cruz de La Palma. Una auténtica rareza y una exquisitez al mismo tiempo, que gestó y mantiene viva el autor teatral y periodista Antonio Tabares, con el apoyo incondicional del citado técnico de Patrimonio municipal. Ambos sacan horas de su tiempo libre, de forma totalmente altruista, para abrir la única biblioteca pública de teatro que existe en Canarias y, probablemente, en España.

A pocos metros del Teatro Circo de Marte, se encuentra esta biblioteca “a pie de calle”, que en principio estaba previsto que ocupara la azotea del recinto teatral. Pero la apuesta de Tabares fue este antiguo almacén municipal, que encierra alguna “historia oscura patrimonial”, porque alli se perdió, por la humedad, el fondo cedido por Felipe Hidalgo, el primero director general de Turismo que tuvo el Cabildo, como recordó Hernández Correa.

Antonio Tabares presentó este proyecto en 2009 y encontró la complicidad de los entonces concejales de Obras y Cultura, Antonio Acosta y Alejandro Hernández, así como del alcalde, Juan Ramón Felipe, que apostaron por este proyecto, que le daba más visibilidad a la biblioteca, que de haberla ubicado en la parte alta del Teatro, que carecía de ascensor y, además, obligaba al usuario a recorrer todo el interior del edificio.

“Nos plantearon incluso otro sitio menos garaje que éste, más adecuado para una biblioteca. Pero algo tan peculiar, si encima está escondido, no recibiría sino a los estudiosos o quien acude a tiro hecho. En este lugar entra mucha gente que pasa por aquí y siente curiosidad. Además está a la puerta del teatro y cuando hay espectáculos invita a entrar. Es un activo que tenemos y no podemos desaprovechar”, comenta Tabares.

De hecho, cada vez que viene un actor o autor, en todos los casos visita la biblioteca e, incluso, celebran mesas redondas, además de quedar sorprendidos ante la presencia de un espacio así en una ciudad de 18.000 habitantes. Algunos se llevan prestada alguna obra que no pueden encontrar en otro lugar, como ocurrió recientemente con el actor Pepe Viyuela, que se llevó un libro sobre títeres. “Así tiene una razón para que regrese a La Palma”, señala Tabares.

Fondo documental de la Biblioteca de Teatro Antonio Abdo. | D. S..

La Biblioteca tiene como base los fondos de la Escuela de Teatro Pilar Rey, pero son muchas las incorporaciones de obras que han conseguido a través de donaciones privadas y de instituciones, que han servido para llenar las lagunas que poseía. Donaciones particulares como las de José Oribe, crítico teatral de La Palmas; Antonio Lozano, fundador del festival de Agüimes, o el propio Antonio Abdo han ido alimentando las estanterías. Al igual que las realizadas por organismos como el Centro Dramático Nacional, el Teatro Español o la Real Escuela Superior de Arte Dramático. Ahora, incluso, disponen de algo de presupuesto para realizar compras de libros también.

Los principales usuarios de la biblioteca son los miembros de la Escuela de Teatro, pero también llegan personas aficionadas a la lectura o que se interesan por primera vez por este género, que cuentan con un cicerone inmejorable, como el escritor Antonio Tabares, cuyas obras han merecido el reconocimiento de buena parte de los premios nacionales más importantes de teatro.

También hacen préstamos a compañías Canarias, que se interesan por libros que ya no se pueden encontrar porque están descatalogados. Además de responder a solicitudes de obras de la Península. Y es que la biblioteca contiene auténticas joyas, que son difíciles de encontrar hoy en día, como primeras ediciones hechas en Buenos Aires o México de autores rusos.

Dispone además de un fondo documental, del que se ocupa Hernández Correa, cuya base fundamental es la Escuela de Teatro, que contiene correspondencia, cartelería, folletos, programas de mano, proyectos o memorias anuales.

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