La denodada lucha de Agoney para evitar el desahucio

El joven de 30 años, junto a su madre y sus dos hijas menores de edad, intenta negociar un alquiler social para seguir viviendo en el piso que ha ocupado desde hace un año

 

El joven de 30 años tiene la tutela de sus dos hijas menores desde hace cerca de dos años. Andrés Gutiérrez

La falta de recursos económicos para hacer frente a los gastos de un alquiler y el mantenimiento de sus dos hijas llevó a Agoney Gómez a ocupar un piso vacío hace cerca de un año. Hasta ese momento, este joven de 30 años residía en otra casa, pero al no poder pagar el alquiler se vio abocado a ser okupa de una vivienda, ubicada en el santacrucero barrio de Chimisay. Ahora, ha logrado dos aplazamientos de desahucio, el último de ellos con fecha del miércoles, de tal manera que cuenta con un mes de margen para negociar continuar en la vivienda que considera su hogar, ya que, de lo contrario, se verá obligado a ocupar otro piso, como así confiesa.

Este joven vive con su madre, Eloísa, de 55 años, y sus dos hijas, de 10 y 8 años. En estos momentos, tiene la tutela de las dos niñas y sostiene no contar con ayuda por parte de su expareja. “Mis hijas no ven a su madre desde que recibí la custodia”, detalla en declaraciones a DIARIO DE AVISOS. En estos momentos, los únicos ingresos que entran a su casa son la ayuda que recibe su madre, de unos 400 euros mensuales, y unos 200 o 300 euros procedentes de su trabajo como camarero. “No tengo contrato y trabajo por horas en algunos sitios”, indica. Además, explica que tampoco puede pedir, por el momento, una ayuda por hacerse cargo de las menores, ya que para ello es necesario tener la sentencia de la tutela.

A través de familiares, este joven supo que el piso que ha ocupado se quedó vacío, después de que su anterior dueño se lo entregara al banco. “Decidimos entrar y vivir ahí mientras tanto”, sostiene Agoney, quien recalca que no ha tenido ningún problema con sus vecinos, quienes, incluso, lo han apoyado para evitar el desahucio. Por medio de una orden judicial, el miércoles tenía que abandonar esta casa, pero logró un aplazamiento. “Mi madre y yo estamos buscando trabajo y negociando, con la ayuda de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), un alquiler social para seguir en el piso”, afirma, a la par que insiste en que su intención no es seguir de okupa de forma indefinida.

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