La primera denuncia vecinal por la inseguridad del hotel de Añaza data de 2001

En 2005 se ejecutó el único aseguramiento, ya desaparecido, mientras que Urbanismo lleva más de un año con el nuevo expediente
Salvan la vida a una mujer que amenazaba con tirarse desde el hotel abandonado de Añaza
El hotel abandonado de Añaza se alza en la costa desde hace más de 40 años. F. P.

Más de 15 años han pasado desde que los vecinos de Añaza exigieran a la Gerencia de Urbanismo de Santa Cruz que procediera al aseguramiento del hotel a medio terminar que se alza en la costa de este barrio santacrucero. Un tiempo en el que, aseguran los vecinos, se han producido al menos cuatro muertes y distintos accidentes. Tal y como publicó DIARIO DE AVISOS este lunes, el lugar sigue siendo igual de inseguro y peligroso que hace 15 años, edificio en el que se adentran algunos “inconscientes” como reconocen los mismos vecinos para “jugar” saltando de plataforma en plataforma a más de 15 metros de altura o para subirse a su azotea que se eleva a más de 20 plantas de altura.

El último accidente conocido en este hotel abandonado se produjo en 2012, cuando un hombre resultó herido de gravedad al caer por unas escaleras en el interior del edificio. Antes, la única muerte reconocida oficialmente fue la de un joven que murió al caer en su interior cuando cazaba palomas. Según los datos que la propia Gerencia de Urbanismo desgranó en una respuesta dada al grupo municipal de Ciudadanos el año pasado, la primera denuncia por la inseguridad de la estructura data de 2001. Entonces se cursó orden de ejecución para proceder al vallado del solar propiedad de la Comunidad de Propietarios Santa María de la Cruz, entidad a la que nunca se pudo notificar. En 2003 se aplicaron las primeras medidas de seguridad (señalización) y en 2005 se presupuestó el vallado de toda la propiedad en 57.000 euros.

Después del incidente de 2012, Urbanismo aseguró entonces que, en una visita de inspección al edificio, las vallas que se habían colocado en la primera planta seguían en su sitio por lo que achacó a la imprudencia el accidente acaecido. En septiembre de 2015 se volvió a realizar una inspección para, señalar que ya entonces, el vallado había desaparecido. Así lo hizo constar Urbanismo en la respuesta dada a Ciudadanos, formación que se interesó por la situación de inseguridad del hotel abandonado.
Fue en esa respuesta, de la que DIARIO DE AVISOS se hizo eco en mayo de 2016, en la que Urbanismo detalló que en septiembre de 2015, se comprobó que el edificio continuaba en las mismas condiciones de abandono y paralización de la obra, y que consultados los datos catastrales, no figuraba finca catastral asignada a dicha construcción. En la respuesta, Urbanismo ofrece el detalle temporal de las actuaciones que se han ido realizando en el edificio, a golpe de denuncia y quejas vecinales. Así, reconocía, hace ya más de un año de esto, que a la vista de que las medidas de seguridad adoptadas en la resolución de 9 de julio de 2003 habían desaparecido (las mallas fueron cortadas y sustraídos los elementos que la conformaban), se iba a proceder, “próximamente”, a realizar una nueva visita de inspección en la que se valoraría el coste estimativo de las medidas de seguridad que se deben de adoptar, nuevamente, para evitar daños.

En el escrito de Urbanismo también se señaló que se procedería a consultar a la dirección general del servicio, al objeto de valorar si se podían llevar a cabo las obras por ejecución subsidiaria, habida cuenta que se desconocía el titular de la finca.

Transcurrido ya un año de esta respuesta aún no hay resolución de este expediente. Según explicó a este medio el concejal de Urbanismo, Carlos Garcinuño, se está valorando el uso de otro tipo de cerramiento más duradero que las vallas metálicas. Mientras, los vecinos, a través de la Asociación 8 de Marzo, siguen denunciando el peligro que supone mantener abierta al paso esta estructura, que se ha convertido en lugar en los que jóvenes y no tan jóvenes se adentran y en el que corren un verdadero peligro.

Derribo

Este mismo año, Urbanismo anunció su intención de iniciar una nueva búsqueda de los propietarios para intentar exigirles que cumplan con la sentencia de derribo que pesa sobre el inmueble desde 1998. De no localizarlos, algo que no se ha conseguido en 15 años, el Ayuntamiento de Santa Cruz tendría que asumir el derribo, algo que supondría tener que hacerse cargo de su coste que supera el millón de euros.

Los vecinos exigen la misma diligencia del Gobierno con el Balneario

Los vecinos de Añaza exigen que el Ayuntamiento de Santa Cruz actué con la misma diligencia que lo hizo el Gobierno de Canarias, el que, después de que unos jóvenes resultaran heridos en el interior del Balneario, procedieron al aseguramiento de toda la parcela y colocando carteles advirtiendo del peligro de introducirse en su interior.

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