Los canarios vivimos en un paraíso de biodiversidad

Los canarios somos herederos y a su vez albaceas de un preciado tesoro. “Estamos con la naturaleza” como reza el lema elegido para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente, y por ello dispuestos a “conectar a las personas con la naturaleza”
Canarias desde el espacio como foto del año para la NASA en 2014 | NASA
Canarias desde el espacio como foto del año para la NASA en 2014 | NASA
Canarias desde el espacio como foto del año para la NASA en 2014 | NASA

Por ZENAIDO HERNÁNDEZ

Los canarios somos herederos y a su vez albaceas de un preciado tesoro. “Estamos con la naturaleza” como reza el lema elegido para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente, y por ello dispuestos a “conectar a las personas con la naturaleza”.

Desde hace unos 2.800 años la piel de este territorio atlántico, acariciado por los alisios y el harmatán, ha sentido el paso del ser humano, que ha interpretado los mares de nubes al igual que la aridez que se enseñorea en la fachada de sotavento. Miles de generaciones han sobrevivido en este espacio, alzado de las profundidades marinas hace 20 millones de años, comenzando por la más antigua y oriental Fuerteventura a la más occidental y joven El Hierro. Es el legado del volcán, cuyo latido se percibe de un extremo a otro, incluidas las protoislas aun sumergidas (Dacia, Concepción, etc.) o en la vitalidad reciente del Tagoro, frente a la Restinga.

Canarias es un espacio muy pequeño si lo confrontamos con la magnitud del planeta, pero el tamaño en este caso no es lo importante. Los canarios somos parte de la naturaleza, si bien en la convivencia abundan más los desaciertos que el diálogo y la respuesta coherente que pueda llevarnos a la sostenibilidad. Es probable que inmersos en el desarrollo de avatares dialécticos, a veces presos por el alarmismo talibán y proclamas negacionistas frente a la evidencia del cambio climático, nuestra atención se disperse en el presente confundiendo tiempo y clima, y no lleguemos a reconocer que hemos alcanzado cotas de superpoblación, superiores a los 200 habitantes/km2. Conviene recordar que hemos pasado de tener 234.000 habitantes en 1857 a superar los 2,1 millones en la actualidad, sin contar la continuada presencia de turistas que anualmente rebasan los 12 millones de personas. Los retos nos acompañan y se incrementan de forma exponencial. Como territorios inmersos en el océano hemos de dar respuesta a las necesidades energéticas, a los residuos que generamos, a la demanda de agua y de alimentos… Junto a la inquietud y mayores cotas de conocimiento y responsabilidad compartida por el cuidado y protección del entorno subsisten comportamientos más que reprobables, de inequívoco desprecio al medio. Baste citar el irregular funcionamiento de la depuración de aguas residuales unido a la preocupante deficiencia en los emisarios submarinos, la inacabada atención a los residuos sólidos, incluido las deyecciones ganaderas para la producción de energía y compost… Aún persiste el mal hábito de esconder bajo el mar lo que molesta a la vista o verter en cualquier recodo del camino los escombros o materiales de desecho pese a existir una red de Puntos Límpidos. Los efectos del botellón al amanecer en cualquier playa o al despertar de cualquier fiesta popular son claro reflejo de la incultura e incivismo.

La riqueza natural que conserva milagrosamente nuestro Archipiélago es su mayor tesoro. El envidiable caudal de biodiversidad en el que estamos inmersos hace que Canarias sea una referencia mundial, formando parte de los 25 puntos calientes (hot spots) de la biodiversidad del Planeta: albergamos 25.000 especies de flora, de las que más de la mitad la conforman endemismos. Baste citar dos ejemplos que nos colocan en un lugar de referencia y envidiable privilegio en el ámbito europeo: La Gomera contiene la mayor densidad de flora endémica por 100 kilómetros cuadrados y La Cruz del Carmen, en el Monte de Las Mercedes (Tenerife), está considerada el arca y santuario del Terciario; es el punto de mayor riqueza en biodiversidad de Europa pues contiene el mayor número de especies endémicas por kilómetro cuadrados: 468 taxones exclusivos de Canarias, cifra superior a la que suma Alemania e Inglaterra. Las plantas y animales que tienen en Canarias su hogar llegaron fruto de los mecanismos de dispersión, adaptándose al medioambiente tras un dilatado proceso y consolidando sus nichos ecológicos, para así desarrollar su particular proceso evolutivo. En nuestro limitada superficie se da cita gran diversidad de paisajes y ecosistemas, desde el mar a las cumbres: cardonal -tabaibal, bosques termófilos, relicta vegetación de laurisilva y fayal-brezal, pinares y matorrales de cubres y de alta montaña. A ello hemos de sumar otras comunidades zonales, como las rupícolas, que engloban bejeques y verodes, o las que se sitúan en los cauces de los barrancos, como las saucedas.

146 ESPACIO NATURALES

Nos hemos dotado de 146 espacios naturales, entre ellos cuatro Parques Nacionales, que suman 300.000 hectáreas. La Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos comprende diferentes categorías que en conjunto superan el 40% de la superficie del Archipiélago e incluye: Parques Naturales o Rurales, Reservas y Monumentos Naturales, Paisajes Protegidos y Sitios de Interés Científico. Canarias figura en la red ecológica europea Natura 2000, directiva que se establece con el fin de detener la pérdida de diversidad biológica. Se han definido por ello Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), contemplando Zonas de Especial Conservación (ZEC) y Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). La Unesco ha reconocido como Reserva de la Biosfera a diferentes zonas en cada una de las islas con ecosistemas singulares.
Con la declaración que en1954 otorga al Teide el reconocimiento de Parque Nacional se inauguró un nuevo tiempo en la protección de nuestros espacios naturales. El ecosistema volcánico de alta montaña que atesora, los endemismos y entre ellos a decena de especies en peligro de extinción que alberga, el alto nivel de visitantes que anualmente recibe, la consideración que tiene como área de sensibilidad ecológica, le sitúan en un lugar preminente En 1954 se crea también el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Le siguen en 1974 el de Timanfaya y en 1981 el de Garajonay. Disponernos de cuatro de los 8 Parques que componen la Red Española de Parques Nacionales; el trámite para ampliar ese reconocimiento a otros espacios en Canarias sigue adelante. Entre las propuestas destaca el Marítimo (Frontera y Mar de Las Calmas) de El Hierro, el de Zonas Áridas en la Península de Jandia (Fuerteventura), el del Archipiélago Chinijo y La Corona (Lanzarote) y el de Roque Nublo (Gran Canaria).
Ante la desidia de algunos, incluido a Donald Trump con su ultimo exabrupto, basta recordar a Pablo Neruda: “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”,

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