Los diputados canarios en 1977 rememoran las primeras elecciones democráticas

Saavedra, Fajardo Spínola, Bravo de Laguna y Soriano rememoran aquella fecha decisiva de la Transición, de la que fueron protagonistas como parlamentarios en Madrid del PSOE y la UCD
Jerónimo Saavedra, Luis Fajardo, José Miguel Bravo y Alfonso Soriano (fotos de 1977 y 2017) fueron protagonistas canarios en las Cortes de 1977. / DA

La Unión de Centro Democrático (UCD) dominó el Congreso de los Diputados en las primeras elecciones democráticas tras la dictadura de Franco, de las que se cumplen este 15 de junio 40 años. La fuerza centrista se quedó a 11 diputados de la mayoría absoluta. En Canarias, el triunfo del partido que lideraba Adolfo Suárez fue inapelable: diez escaños frente a tres el PSOE. Cuatro de los diputados canarios elegidos  en esos comicios de 1977 (Jerónimo Saavedra, Luis Fajardo Spínola, José Miguel Bravo de Laguna y Alfonso Soriano) han evocado para DIARIO DE AVISOS aquella auroral cita con las urnas y, en especial, cómo vivieron en sus propias carnes aquel momento crucial de la Transición, todavía lleno de incertidumbres y con toda una reforma legislativa por hacer para derogar las leyes franquistas y elaborar una Constitución realmente democrática. UCD logró por la provincia de Santa Cruz de Tenerife seis diputados: José Miguel Galván Bello, Rubens Darío Henríquez Hernández, Alfonso Soriano, Manuel Acevedo
Bisshopp y Esther Beatriz Tellado Alfonso. El PSOE en esta circunscripción obtuvo dos escaños: Luis Fajardo y Néstor Padrón Delgado.

Por la provincia oriental resultaron elegidos los centristas Bravo de Laguna, Fernando Bergasa Perdomo, César Llorens Bargés, Nicolás Díaz-Saavedra Morales y Rafael Martín Hernández; así como el socialista Jerónimo Saavedra. Miguel Cabrera Cabrera, de Asamblea Majorera (AM), se convirtió en senador por la isla de Fuerteventura.
Saavedra sintió “un gran regocijo como ciudadano, jurista y socialista, al llegar a las Cortes en 1977 y advertir, de repente, de que íbamos a desmontar el franquismo y hacer una democracia”.

Fajardo Spínola, hoy miembro del Consejo Consultivo de Canarias, opina que, 40 años después, “hay que apelar a que no se pierda de vista la historia, y no remover los cimientos del edificio democrático que entonces construimos entre todos, ni cuestionar la importancia de la Transición, aunque se puedan hacer reformas en la Constitución”. Soriano tiene grabado en la memoria una reunión histórica de partidos democráticos en Madrid, a la que fue enviado por el líder del Partido Liberal, Garrigues, creyendo que era algo clandestino y luego estaban todos los medios de comunicación. “De allí salió la famosa comisión que negoció con Suárez la Constitución y la Transición antes de las primeras elecciones”, recuerda. Y Bravo de Laguna aboga por no olvidar “aquel consenso” que, “aunque no fue perdón, sino olvido, evitó un nuevo enfrentamiento entre españoles” para poder alumbrar la democracia. “Esa es una lección para hoy en día”, apostilló.

SAAVEDRA: “PENSÉ QUE TODO EL MUNDO VOTARÍA PROGRE”

Saavedra, en 1977 y en la actualidad. /DA

El hoy diputado del Común, Jerónimo Saavedra, confesó a este diario que con el resultado de las primeras elecciones democráticas sintió “una especie de frustración”, pues pensaba que en 1977 “todo el mundo iba a votar progre, por el cambio, pero, claro, no fue así”. De todo modos, el PSOE logró un gran resultado, 118 diputados (uno de ellos Saavedra, por Las Palmas) y el PCE, 20. “Aquel día”, evocó, “hice declaraciones contundentes y se metieron mucho conmigo, porque en Canarias, de los 13 diputados, solo tres éramos socialistas, y los demás todos de la UCD”. Pero dicho esto, reconoció que al sentarse en su escaño sintió un “regocijo interior”. “No nos pusimos a cantar, pero sí que éramos conscientes de que estábamos construyendo un país nuevo”, apuntó.

FAJARDO: “FUE UN RESULTADO ESTUPENDO PARA EL PSOE”

Luis Fajardo, en 1977 y en la actualidad. / DA

 Luis Fajardo Spínola, hoy miembro del Consejo Consultivo de Canarias, rememora aquel 15 de junio como “un día muy emocionante”, en el que no le sorprendió el resultado, porque pertenecía a la Ejecutiva federal del PSOE y conocía las previsiones. “Fue un resultado estupendo para el PSOE y al sentarme en mi escaño en el Congreso “la emoción fue muy grande, porque estaba volviendo a ocurrir algo que no pasaba desde antes de nacer nosotros, unas elecciones democráticas; y mi partido había sido expulsado a la ilegalidad” desde la República. Como diputado por la provincia tinerfeña, su incertidumbre era si, “pese a no ser elegidos para un proceso constituyente, sino para reformar las leyes franquistas, íbamos a poder aprobar una Constitución democrática, y también la preocupación por el golpismo”.

BRAVO DE LAGUNA: “TENÍAMOS LA ESPERANZA, PERO AÚN NO LA CONVICCIÓN DE LOGRARLO”

José M. Bravo de Laguna, en 1977 y 2017. / DA

José Miguel Bravo de Laguna entró en política con el Partido Liberal dentro de UCD, “porque había que ayudar entre todos a la transformación política de España en una democracia”. Confiesa que en aquellas elecciones tenía “la esperanza de que ese proceso se culminara, pero no la convicción de que se podría”, al existir “posturas enfrentadas: una izquierda más de ruptura, y otra más de reforma, la de UCD”. “Había que solventar diferencias como la forma del Estado, o la integración o no de gente que venía del Movimiento”, señala Bravo de Laguna. “Pero se logró, en una operación mediante la que construimos entre todos un edificio que ha permitido la etapa más pacífica y democrática en España”, expone el político grancanario, hoy consejero del Cabildo de su isla por el partido UxGC.

SORIANO: “LOS LIBERALES FUIMOS PARA FRANCO  BESTIA NEGRA, COMO LOS COMUNISTAS”

Alfonso Soriano, en 1977 y en 2017. / DA

Alfonso Soriano recordó que se presentó como candidato en 1977 por la UCD en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, representando a la cuota de los liberales; e, investido Suárez presidente, lo designaron luego secretario general técnico del Ministerio de Obras Públicas, con Garrigues, el líder del Partido Demócrata Liberal, de ministro. Asegura que había ansiado mucho el fin de la dictadura: “En 1972, con Franco vivo y siendo subdirector de un ministerio yo ya había firmado un escrito para que hubiera democracia y se recuperaran las libertades”, apunta Soriano, que llegó a participar en una reunión histórica de partidos democráticos, tras la muerte del dictador. “Para Franco ser liberal o masón era poco menos que ser anarquista y éramos su bestia negra, con los comunistas”, relata el exdiputado.

 

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