Desde Las Teresitas a la portuense Playa Jardín, pasando por El Médano, Tabaiba, La Nea, San Marcos y el resto de las principales playas y barrancos de la Isla, fueron iluminados y conjurados por varios miles de personas con el fuego purificador de las hogueras de San Juan, una tradición popular cuyo origen pagano estaba relacionado con el solsticio de verano y el culto al sol, pero que el cristianismo transformó en una celebración religiosa. Ahora, la fiesta de San Juan busca más el mar que el sol, sobre todo en día en el que el fuerte aumento de las temperaturas hacía más apetecible si cabe el baño en cualquier playa o cala de la Isla. En el Puerto de la Cruz la tradición sanjuanera revivió también una variante muy artística y de relevante protagonismo vecinal, como es el enrame de los chorros de agua con flores y frutas .
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas