El Club Deportivo Tenerife se encontrará la próxima temporada una Segunda División llena de entidades históricas, de las que 14 de 22 han competido algunas vez en Primera división y en la que siete, incluyendo a los blanquiazules, han jugado en distintas competiciones europeas ganando, como en el Zaragoza, la Recopa de 1995. Será, incluso más que una Segunda de Primera, una Segunda europea.
Uno de los clubes que realzan la categoría es el CD Tenerife. Participante de dos ediciones de la Copa de la UEFA (1993/1994 y 1996/1997), los blanquiazules llegaron a ser semifinalistas en su segunda aparición en el torneo, y solo un gol en la prórroga de Marc Wilmots los dejó fuera de disputar la gran final.
El alcance de aquel logro es difícil de calibrar pero, aún hoy en el extranjero, el aficionado al fútbol se acuerda del Euro Tenerife, que con su fútbol consiguió conquistar miles de adeptos lejos de la Isla.
El Real Zaragoza se presenta como otro de los animadores de la categoría. Aún resuena la celebración televisiva del gol de Nayim en el Parque de los Príncipes de París, en 1995. La UEFA lo ha nombrado como el mejor gol en la historia de las finales continentales y no es para menos. Aquel tanto de medio campo, que cogió a David Seaman, portero del Arsenal, muy adelantado, llevó el título a las vitrinas mañas y suponía la culminación a una gran trayectoria aragonesa en las competiciones continentales. En total, el Zaragoza jugó cinco veces la extinta Recopa, 13 la Copa de Ferias y la de la UEFA y en una ocasión la Supercopa, en 1996, donde perdió con el Ajax de Ámsterdam.
Otro club con solera europea, aunque añeja, es el Sporting de Gijón. Los asturianos han disputado la Copa de la UEFA en seis ocasiones, nunca pasando de los dieciseisavos de final, algo logrado en última participación, en la temporada 1991/1992.
Aquel Sporting donde destacaban Ablanedo II, Joaquín o Manjarín, llegó a eliminar al Partizán de Belgrado para caer con el Steaua de Bucarest. Su cruce más recordado se dio en la campaña 1986/1987, cuando el Milan empezaba a ser un grande, siendo eliminados en primera ronda.
Sus vecinos, con los que protagonizan una de las rivalidades más importantes de toda España, del Oviedo también se han paseado por Europa a pesar de estar ahora en Segunda División. Su caso es curioso, porque solo disputaron una vez la UEFA (1991/1992), pero su único cruce, ante el Genoa italiano, sigue siendo muy recordado en la capital del Principado.
Los carbayones han sabido vender bien aquel cruce con los italianos, con los que llegaron a hermanarse con motivo de aquel enfrentamiento. En la memoria colectiva oviedista queda el nombre de Tomáš Skuhravý, jugador checo que anotó dos tantos en la vuelta que dejaron en la cuneta a los ovetenses.
De sorprendente se puede calificar la aparición del Rayo Vallecano en la UEFA 2000/2001. Los madrileños entraron en la misma gracias a su juego limpio un año antes y acabaron cediendo solo ante el Alavés, que perdió aquella mítica final con el Liverpool (5-4). Para un club acostumbrado a vivir en Segunda División aquella experiencia sigue siendo una de las más grandes de su historia.
Otro hito supuso para Osasuna jugar la Champions League. El temperamental Javier Aguirre dirigía a un equipo capaz de ganar en los campos más complicados de España y que llegó a ser reconocido por la IFFHS como mejor equipo del mundo en diciembre de 2006. Un año antes había sido subcampeón de Copa y se metió en la Champions 2005/2006, donde fueron apeados por el Hamburgo por un solo gol.
El último equipo que da lustre europeo a la Segunda División es el Real Valladolid. En el Nuevo Zorrilla vivieron buenos tiempos continentales hasta en tres ocasiones, con la disputa de una Recopa y dos Copas de la UEFA. La última, en la 1997/1998, con Vicente Cantatore, que no pudo triunfar en la Isla, en su banquillo.
Todos ellos harán que la Segunda División que está por venir tenga una categorías especial y unos recuerdos imborrables para el aficionado.
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