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Fallece a los 107 años en El Médano la abuela del Sur

Su familia y los vecinos la recuerdan como una persona trabajadora y humilde; leche y gofio para desayunar y la playa eran sus dos pasiones
Antonia Luis López, el día de su 104 cumpleaños. DA

El corazón de doña Antonia dejó de latir el sábado 1 de julio a las cuatro y media de la tarde en su casa de El Médano. Se apagaba una vida 107 años marcada por el esfuerzo y sacrificio en tiempos muy duros en la comarca sur, donde los recursos para sobrevivir eran escasos, lo que obligaba, como en su caso, a trabajar noche y día en los empaquetados de tomates, cuidar los animales y atender las tareas del hogar.

Su vida no resultó nada fácil, no solo por las condiciones adversas del entorno, tanto físicas como económicas, sino por el revés inesperado que sufrió con 86 años y que le marcaría para el resto de su vida, al sufrir el atropello de una guagua que le amputaría una pierna y le condenaría a una silla de ruedas.

“Era muy trabajadora y una persona con carácter, sana , leal, humilde que no molestaba a nadie”, manifestó ayer a este periódico su hija María Toledo, a la que siempre le quedará la imagen de una madre “luchadora, cariñosa y con sentido del humor”.

Antonia Luis López disfrutaba cada mañana con su taza de leche y gofio. Pocas cosas le hacían tan feliz como el momento del desayuno. El desayuno de toda una vida que tomaría hasta el último de sus días. El mar era otra de sus pasiones. Disfrutaba al sentir el contacto del agua en la playa de El Médano, convencida de los beneficios que aportaba a su organismo el salitre y que recomendaba a su familia.

Los paseos por la orilla, antes de sufrir el accidente, era otra de sus actividades preferidas. Su hija se encargó, después del atropello, en 1996, de que no perdiera ese placer y la acercaba a la playa para que sus ojos pudieran contemplar el Atlántico en todo su esplendor junto a la Montaña Roja.

“Le encantaba el mar, le hacía feliz caminar junto a él y cuando ya no podía, disfrutaba viéndolo desde la playa”, relató María Toledo, que se encargó del cuidado de su madre hasta el último día. “El gofio y el mar le dieron la salud, tenía un estómago de hierro y no le faltaba calcio en sus huesos”.

Antonia Luis López la conocían como la abuela de Granadilla, aunque lo era del Sur. Era natural de Los Realejos, si bien desde niña su familia, numerosa, (tenía nueve hermanos) se trasladó a Granadilla en busca de un porvenir. Ya con 70 años fijó su residencia en El Médano. Fruto de su matrimonio con Pedro Toledo, tuvo dos hijos. Contaba con cinco nietos, dos bisnietos y dos tataranietos. Conservaba sus facultades mentales en perfecto estado y en los últimos años, cada 15 de enero, fecha de su cumpleaños, acudía a felicitarla el exalcalde, Jaime González Cejas, y este año lo hizo el nuevo regidor, José Domingo Regalado.

Precisamente, este último manifestó ayer al DIARIO que “son días tristes para Granadilla de Abona porque despedimos a una parte de nuestra historia. Doña Antonia atesoró numerosas vivencias, fruto del anhelo de conseguir un futuro mejor. Forma parte, sin duda, de la memoria colectiva del municipio”.