Barranco Hondo y el Cristo de la Buena Muerte: 150 años de devoción

El pueblo conmemoró el pasado sábado el aniversario de las fiestas que recuerdan la primera vez que la imagen salió desde el Callejón de los Pozos hasta la iglesia de San José
Emoción entre los vecinos de Barranco Hondo que pudieron portear al Cristo de la Buena Muerte. SERGIO MÉNDEZ

El pueblo de Barranco Hondo vivió el sábado una jornada muy especial con la conmemoración del 150 aniversario de las primeras fiestas patronales en honor al Cristo de la Buena Muerte. En las fiestas se ha implicado todo el pueblo no solo con la asistencia masiva al acto conmemorativo, sino previamente, con la confección de elementos para adornar las diferentes calles.

El acto conmemorativo comenzó en la plaza de San Antonio, en El Tagorillo, desde donde partió la procesión cívica encabezada por la alcaldesa de Candelaria, Mari Brito, y el grupo de gobierno municipal. Una cita a la que también acudió el alcalde del vecino municipio de El Rosario, Escolástico Gil, así como una representación militar y de la Guardia Civil. La procesión se desplazó hasta el Callejón de los Pozos, donde esperaba la imagen del Cristo de la Buena Muerte, en el mismo sitio desde el que salió hace 150 años para rememorar el recorrido de aquella ocasión. Durante el trayecto del Cristo de la Buena Muerte, a hombros de los cargadores del Cristo, se vivieron momentos muy emotivos con la interpretación de malagueñas, poesías y el Aleluya. En la procesión participó la Banda del Regimiento de Infantería Tenerife 49, que fue muy aplaudida, al igual que la coral municipal y la orquesta de cámara Las Candelas, durante la misa.

La alcaldesa, Mari Brito, destacó el trabajo realizado por los vecinos en la elaboración de las decoraciones, así como el esfuerzo del personal de Obras y Servicios que, debido al viento de los últimos días, estuvo hasta el último momento colocando los enrames.

La historia

Octavio Rodríguez, el cronista oficial de Candelaria, recoge que la antigua imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte llegó a Barranco Hondo a mediados del siglo XIX, procedente de La Laguna. Tras mantenerse en una casa particular, pasó a presidir la iglesia de la localidad durante casi un siglo, desde 1867 hasta 1966. Luego, tras estar durante tres años en la casa parroquial y una vez restaurada, en 1969 fue trasladada a la capilla del Calvario, que preside desde entonces.
Cabe recordar que la imagen llegó para instalarse en la iglesia de San José, pero el terrateniente que la construyó, Juan Antonio Díaz, no lo permitió, hasta que el pleito llegó a la Audiencia de Las Palmas, que decidió que debía estar en esa iglesia, algo que ocurrió hace 150 años.

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