Lo que pasa, conviene. Ya estaba prevista la visita a los acuartelamientos de Canarias por parte de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, antes de que el Gobierno de Marruecos anunciara el pasado día 6 su intención de anexionarse las aguas territoriales del Sahara Occidental. Ello no solo implica una violación del mandato de la ONU y varios tribunales internacionales, sino que además el reconocimiento por parte de Rabat de que se trata de un paso previo a la solicitud de ampliar su Zona Económica Exclusiva a las 350 millas colisiona directamente con la ya realizada por España en tal sentido. Así las cosas, que Cospedal dedique dos largos días para recorrer cuatro de las islas y lleve a cabo loables arengas a nuestras tropas supone un mensaje claro de respaldo a los militares aquí destinados. Más que un símbolo bélico (felizmente, ni se contempla un escenario así), se trata de una oportuna presencia ante los destacamentos que velan por la seguridad del Archipiélago ante cualquier amenaza exterior.
Basta con un vistazo a la agenda de la ministra en Canarias para comprender que, en esta ocasión, primaron los intereses del Ejército, más allá de la reunión con el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, propio de la elemental cortesía institucional.
Así, la mandataria inició la gira el pasado miércoles en Fuerteventura, sede del Regimiento de Infantería Soria 9, para luego acudir al acuartelamiento Teniente Coronel Valenzuela, en El Matorral. De allí se desplazó a Tenerife, donde visitó el Cuartel General del Mando de Canarias, en la santacrucera Capitanía. Ayer empezó en el Arsenal de la Armada en Las Palmas de Gran Canaria, para posteriormente trasladarse a la Base Aérea de Gando. Aún tuvo tiempo por la tarde de estar en el Aeródromo Militar de Lanzarote, complemento perfecto a Gando.
Por si fuera poco, la ministra ha estado acompañada de los jefes de Estado Mayor del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire: general de ejército Francisco Javier Varela, almirante general Teodoro López Calderón y general del aire Javier Salto, respectivamente.
En todas las ocasiones se destaca el talante de admiración y reconocimiento de Cospedal a los militares españoles, con elogios repetidos a su profesionalidad y repetidas llamadas a la importancia que se da a bases como el Arsenal de la Armada y Gando, ambas situadas en Gran Canaria.
Madrid ha reaccionado con guante de seda en los despachos al envite de Rabat, pero con la oportuna presencia de la ministra también acaricia su notable puño de hierro en esta parte del océano Atlántico.
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