entrevista

“Cuba no tiene ahora una dependencia de Venezuela como la tuvo con la URSS”

José Francisco Montalbán fue embajador de España en Cuba durante los últimos cinco años, claves en la historia del país.
José Francisco Montalbán. | DA

José Francisco Montalbán ha sido embajador de España en Cuba hasta el pasado mes de abril. Allí vivió durante casi un lustro y asistió, como observador privilegiado, a una serie de acontecimientos históricos en la mayor de Las Antillas: la muerte de Fidel Castro, el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos y la visita del expresidente Obama. El diplomático santanderino ha regresado a Madrid, donde se ocupa del desarrollo de la Agenda 2030. Ahora está de vacaciones en La Palma, la isla que conserva el mayor ADN cubano, donde ofrecerá este jueves una conferencia sobre el futuro de Cuba (Real Club Náutico, 20:00 horas).

– ¿Cuba sin Fidel es lo mismo? ¿Su muerte generó expectativas de cambio?
“Fidel tenía un fuerte simbolismo como líder histórico, pero en realidad no estaba dirigiendo la labor de gobierno desde hace unos años. Había un nuevo equipo en torno a Raúl Castro, que finalizará en febrero su segundo mandato. Más allá de la significación simbólica, la prospección de la dirección del país está en manos del Gobierno y con él hemos tenido una interlocución intensa estos años para dilucidar cuál puede ser el papel mas constructivo de España”.

– Raúl Castro inició un proceso de cambio en 2010. ¿Se ha estancado?
“Hay tres procesos que se están impulsando paralelamente. La normalización diplomática, que sí ha avanzado con determinación, con Estados Unidos o la Unión Europea. Se ha renegociado la deuda externa del país con el Club de París, que agrupa a los principales acreedores, donde España ha tenido mucho liderazgo. Una segunda línea son las reformas económicas, que avanzan con más dificultades, pendientes desde hace años de un proceso de unificación monetaria. Pero se ha abierto mucho el país a la inversión extranjera y progresivamente se crean espacios para el cuentapropismo, que es el nombre que se le da al sector privado. Desde el punto de vista político, estamos pendientes del relevo presidencial y de ese nuevo Gobierno para que acaben de definir ante la población cubana cuál es el marco político de los próximos años”.

– ¿Cómo ha percibido la ciudadanía cubana el deshielo en las relaciones con Estados Unidos?
“La población cubana recibió la visita de Obama con mucho entusiasmo. Estaba enderezando un sinsentido histórico. Pueden haber diferencias, pero no se puede interrumpir el flujo natural del comercio y del movimiento de sus ciudadanos, y los países deben tener un marco establecido para en él resolver sus diferencias. El turismo sigue prohibido, pero hay una serie de categoría, como intercambios culturales, deportivos, religiosos, que han permitido que hayan más visitantes de Estados Unidos. Esto permite un mejor conocimiento de los países, que es positivo para la normalización de las relaciones, y una dinamización del pequeño sector empresarial. Son elementos que facilitan la vida al cubano de a pie y lanzan un mensaje de progresiva normalización que está ayudando mucho y ayudará en el futuro”.

– Pero el Partido Comunista fue muy duro en sus críticas contra Obama en su último congreso
“Pero si vas a los mensajes claves siempre hay un reconocimiento a su esfuerzo, que fue recibido con gran cordialidad en La Habana. No fue una vista más. Ambas partes consideraban que era positivo para el progreso de las relaciones entre los países”.

– ¿Con Trump se ha dado un retroceso?
“La retórica no es la de Obama, es más confrontativa, pero los cambios que se conocen hasta ahora, porque tal vez más adelante los departamentos del Tesoro y Comercio de Estados Unidos detallen la letra pequeña, han sido mínimos. Desde el punto de vista práctico no estamos viendo un retroceso”.

– ¿Cómo son las relaciones de España con Cuba?
“Son muy intensas y cubren no solo la parte institucional, sino que se extienden por los vínculos humanos, sociales, familiares y afectivos. Es muy importante porque son dos niveles de la relación que se retroalimentan y que creo que dejan en la impronta de nuestra presencia en Cuba un sentido de responsabilidad, de acercamiento sobre su realidad y de búsqueda de consenso. El político y diplomático, el comercial y empresarial, el cultura y en el ámbito de los dobles nacionales, que en Canarias existe una gran colectividad. Lo mismo ocurre con los 150.000 hispano – cubanos que residen en la Isla. Más allá de las relaciones institucionales, hay que cuidar mucho esa vinculación humana, que tiene unas dimensiones impresionantes”.

– ¿En qué medida afecta a la economía cubana la crisis de Venezuela?
“Venezuela es el primer socio económico de Cuba y un gran socio político. Raúl Castro, al explicar a la Asamblea Nacional el PIB, que había caído en 2016 un 0,89%, lo atribuía a la situación de Venezuela. No tengo datos de los envíos de petróleo, pero se ha deteriorado. Es un factor muy relevante el venezolano en el futuro de Cuba”.

– ¿Cree que un cambio en Venezuela, con la salida del chavismo del poder, tendría un efecto tan devastador como la desmembración de la Unión Soviética?
“La economía cubana no tiene una dependencia de Venezuela como la tuvo de la URSS. El periodo especial llevó, en una situación de terrible penuria, a tomar decisiones de apertura a la inversión extranjera, que ha hecho que la economía cubana esté mucho más diversificada en ahora en cuanto a socios exteriores de lo que estuvo en la etapa de colaboración con la Unión Soviética y la Europa del Este”.

– ¿Un cambio en Venezuela sería la antesala de una transformación política en Cuba?
“La dinámica política cubana es autónoma. Las relaciones con Europa, Estados Unidos o Venezuela tienen una incidencia en el rumbo político y económico de Cuba, pero no es determinante. El rumbo cubano tiene su propia autonomía”.

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