cultura

El hombre que todavía lee ‘colorines’

Manuel Darias, crítico de tebeos y autor de la página ‘Historieta’, que se publica desde hace 44 años cada domingo en DIARIO DE AVISOS, repasa su trayectoria en el mundo del cómic
MANUEL DARIAS
MANUEL DARIAS
Manuel Darias abre las puertas de su casa al DIARIO, un paraíso para los aficionados a las historietas. SERGIO MÉNDEZ

El primer tebeo que leyó Manuel Darias (Santa Cruz de Tenerife, 1942) se lo regaló su padre en 1947. Era un número de El guerrero del antifaz. Desde entonces, no ha abandonado esa afición, ahora convertida en profesión, por descubrir las historias que se esconden detrás de cada viñeta.

Con todos los personajes en la memoria, hoy, cuando suma 75 años, el chicharrero se ha convertido en todo un referente del género, en un crítico de historietas reconocido a nivel nacional, en uno de los mayores coleccionistas de tebeos del país, Premio a la divulgación del Salón del Cómic de Barcelona en el año 2008; en definitiva, en uno de los críticos más destacados de la novela gráfica en castellano. Y a pesar de todos los reconocimientos por todas sus aportaciones, con su humildad característica, Darias se define a sí mismo, sin ningún rubor, como el “hombre que sigue leyendo colorines”.

Es en este periódico donde publica ofrece su entrega dominica, en la sección Historieta que el lector encontrará entre las páginas de esta edición. Hoy rememora aquella anécdota de sus primeros días en DIARIO DE AVISOS, cuando le preguntaron cuánto tiempo podría escribir sobre tebeos. “Creían que esto tenía fecha de caducidad”, se ríe irónico. “Puedo escribir toda mi vida, morirme y todavía quedarían temas sobre los que escribir”, fue su respuesta.

Lleva 44 años al frente de la sección que publicó su primer texto en 1973. “Escribí sobre un personaje de Carlos Giménez, que es, posiblemente, uno de los cinco mejores historietistas de España en estos momentos: el rey del cómic realista en castellano”, apunta Darias durante la entrevista. En su monarquía de reyes y príncipes de las historietas, es Paco Ibáñez, autor de Mortadelo y Filemón, el que ostenta el trono de “rey del tebeo de humor”. En cambio, si se le pregunta por su ranking de personajes favoritos, Darias responde tajante: “Me niego a responder”. Le resulta imposible elegir a uno. No obstante, matiza que sus “personajes sentimentales favoritos” son el Jinete Fantasma y el Capitán Trueno. Se trata de los ídolos de su infancia, los que motivaron su pasión. Si echa la vista atrás, recuerda cuando acudía al estanquito de doña Armanda, en Santa Cruz de Tenerife, para comprar un nuevo número. “Es difícil transmitir lo que significó el cómic para mi generación. Para los niños tener una historieta era como tener dinero en efectivo: al terminar de leerlos, los podías alquilar”. Por otro lado, recuerda cuando “jugábamos a los tebeos y hasta nos servían como láminas para pintar, porque venían en blanco y negro”. En una época sin televisión, las historietas eran la gran distracción para los niños.

De aquella época aún conserva algunas colecciones. “Paco Ibáñez, que ha estado varias veces en mi casa, me ha dicho que no conoce a nadie con más tebeos que yo”. Y es que tiene su piso y el de su padre repleto de obras repartidas en decenas de estanterías que van de una pared a otra y del suelo al techo. Son tantas que es incapaz de ponerle un número. “Muchas veces me ocurre que voy a buscar cosas y no las encuentro. Tengo cómics que me han desaparecido, y mira que he buscado”, bromea. Su casa es el paraíso para cualquier aficionado a las viñetas.

En aquellas décadas se consideraba que al cumplir los 12 años ya se era demasiado mayor para seguir leyendo tebeos. “Si te veían con uno te preguntaban: “¡Ah!, ¿pero tú sigues leyendo colorines?”, dice entre risas. Nunca le hizo caso a esos comentarios. Por eso, hoy, a los 75 años, puede decir orgulloso que “sigue leyendo colorines”. Y que sea por muchos más.

LAS OBRAS DESTACADAS E IMPRESCINDIBLES DE MANUEL DARIAS

Manuel Darias publicó en este periódico en 2006 un artículo en el que apuntaba sus “obras maestras”. En las historietas realistas, entre sus recomendaciones señala Paracuellos, de Carlos Giménez, o El Jabato, de Darnís y Mora; y en cuanto al humor, Anacleto, de Vázquez o Pumby, de J. Sanchis.

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