candelaria

Los polvos blancos inundan Barranco Hondo

Más de 3.000 personas, casi todos jóvenes, ponen el broche final a los actos del Cristo de la Buena Muerte con la celebración de una fiesta que ya tiene 10 años de vida
Foto SERGIO MÉNDEZ

Más de tres mil personas, mayoritariamente jóvenes y adolescentes, participaron anoche en Fiesta de los Polvos Blancos, el colofón a los festejos que Barranco Hondo organiza en honor al Cristo de la Buena Muerte, la imagen que hace 150 años llegó a este pueblo de las medianías de Candelaria.

El tradicional recorrido por el pueblo desde la plaza de San Antonio, en El Tagorillo, hasta la plaza de la iglesia de San José, con batalla de polvos blancos incluida, culminó con una gran verbena que duró hasta las dos de la mañana, cuando los cuerpos de seguridad (Policía Local, Guardia Civil y Policía Canaria) tenían orden de desalojar a los miles de jóvenes, controlando posteriormente que no se montara el botellón en la zona de aparcamientos del campo de fútbol, para evitar los incidentes y agresiones que sucedieron hace dos años, casi dos horas después de terminada la verbena.

Atraídos por la popularidad que ha ganado este acto, cientos de jóvenes, venidos de todas partes de la Isla, llegaron ayer a Barranco Hondo vestidos de blanco. El pantalón corto y la camiseta de asillas era el modelo de vestimenta más socorrido, y casi todos provistos de un buen tarro de polvos talco, el elemento fundamental que distingue al festejo ideado hace diez años por la Comisión de Fiestas para recuperar la tradición perdida del baile del lunes como cierre de las fiestas en honor al Cristo de la Muerte.

La comisión festera se defendió en 2007 de las críticas por la imitación de Los Indianos de La Palma alegando que era mejor copiar una fiesta canaria que una de fuera, como hacen los ayuntamientos con Halloween. Y desde entonces hasta hoy, la Fiesta de los Polvos Blancos no ha hecho más que crecer. Y lo ha hecho pese a que las reyertas y agresiones sufrida por una joven con un botellazo en la cara hace dos años, lo que motivó los reparos a que muchos padres dieran permiso a sus hijos para acudir a este acto en Barranco Hondo.

Foto SERGIO MÉNDEZ

Sin embargo, ese temor ni se notó el año pasado ni mucho menos este, con la presencia en la fiesta de más de tres mil personas, que al menos hasta la medianoche, disfrutaron de la batalla de polvos blancos sin incidentes destacados, más allá de las molestias causadas por los polvos en los ojos o en las gargantas, entre otras razones por el incremento de las medidas de seguridad ante el auge de un festejo no por copiado menos singular.

Barranco Hondo se convierte así en reclamo veraniego para jóvenes venidos de toda la Isla, pese a que llegar y salir de allí, a esas horas, en transporte público, esuna auténtica odisea.

 

TE PUEDE INTERESAR