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Marcos Lorenzo apuesta por crear una desaladora en la Isla

El alcalde de Tijarafe sostiene que es capital para resolver los problemas de agua que sufren municipios como el suyo y para garantizar la viabilidad del desarrollo turístico
Marcos Lorenzo, alcalde de Tijarafe. | DA

Los últimos años de sequía han puesto a prueba las reservas de agua de La Palma y municipios como Tijarafe, Puntagorda o, incluso, Garafía, han sufrido problemas de abastecimiento. A pesar de la imagen de la Isla, como un territorio donde abunda el agua, la realidad es que existen localidades con dificultades de abastecimiento y han tenido que aplicar políticas de control muy estrictas, como el caso de Tijarafe, donde su alcalde, Marcos Lorenzo, tiene claro que es necesario empezar a proyectar la construcción de una desaladora en La Palma.

Lorenzo señala que será necesaria este sistema para garantizar el desarrollo turístico que está proyectado en la Isla, con unas veinte o treinta mil camas. “Sin agua no crecemos”, sentenció el regidor tijarafero, que considera que “estamos tardando en buscar soluciones alternativas que no pasan solo por aprovechar el agua del invierno”.

La zona de más potencial turístico, la parte oeste de La Palma, es donde se están presentando problemas con el agua. Con una desaladora se conseguiría, a juicio del alcalde, mejorar la situación de Tijarafe al quedar liberada el agua de las galerías del norte, que ahora va para el Valle. “No es ningún disparate, para emplearla en el riego, jardines, etc. Estamos tardando en plantearnos esta necesidad”, apostilló.

Este verano, la situación en Tijarafe no es tan mala como el anterior. En diciembre del año pasado, el Ayuntamiento aprobó un reglamento de uso y gestión del agua, que pone condiciones a su utilización, como la prohibición de regar huertas o llenar piscinas con la red de abasto. Además, en este ejercicio presupuestario han destinado más de 60.000 euros para la compra de agua, el doble de lo que se venía contemplando.

Si bien, Lorenzo lamenta que se han tropezado con el hecho de que “no hay agua”. “Estamos haciendo un trabajo de chinos para conseguirla, poniendo anuncios, hablando con operadores para intentar alquilar o arrendar alguna acción”, señala el alcalde. Ante esta circunstancia, el Consejo Insular de Aguas “nos ha echado un cable y nos ha mandado agua de la que dispone”. Incluso, le han planteado al Ayuntamiento que perfore galerías, “pero no deja de ser una aventura”.

En cualquier caso, asegura que son “parches”, que no suponen una solución definitiva al problema del agua, que precisa de medidas a medio y largo plazo que resuelvan esta problemática, como la puesta en marcha de la balsa de Vicario o, insistió, la creación de una desaladora. “No podemos seguir mirando al cielo hasta que llueva”, sentenció.

Lo cierto es que en Tijarafe, la sociedad está concienciada con el uso del agua. Prueba de ello es que la estadística que maneja el Ayuntamiento desde 2013, es que a pesar de haber aumentado el número de contadores, el gasto en cada uno de ellos ha descendido. “A la gente ya no le podemos pedir más esfuerzo”, recalcó Lorenzo.

En cualquier caso, aunque la situación no es “tan dramática como el año pasado” y, en principio, no prevé que haya restricciones de mantenerse la situación actual, “cualquier pequeña vicisitud”, como unas obras en las conducciones de Minaderos o una semana de intenso calor, “se puede revertir”. “Estamos mejor que el año pasado, pero hay que buscar soluciones a medio y largo plazo”, insistió.

Tijarafe concentra la mayor oferta de turismo rural, con un crecimiento importante durante los últimos años, lo que ha hecho elevar la demanda de agua. “Pero llegamos a un punto que si queremos seguir creciendo, necesitamos más agua”. En la actualidad existe un parque de más de 500 camas extrahoteleras, que “es el mayor de Canarias en turismo rural”. Una situación parecida le ha ocurrido a la localidad vecina de Puntagorda, que también ha crecido los últimos años en su oferta alojativa.

 

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