Si Rajoy dice sí

Aquí, con un pie en las rocas de este charco hondo, se escribió el siete de junio que las pistas eran evidentes, que no dejaban lugar a dudas. Se apuntó el siete, también el ocho y el nueve de junio -Un Fonsi al PP, se dijo-. Recién anunció el PP que le tocaba entrar en el Gobierno, es la hora, proclamaron, ya, no hay tiempo que perder, alguien debe poner orden en la gestión del Gobierno, alertaron, en estas líneas se sugirió que la estrategia de Coalición era de libro, fácilmente interpretables sus bengalas, en definitiva, una jugada marca de la casa. A principios de junio las señales eran claras, por eso se dijo que CC dormiría la negociación, despacito, pasito a pasito, suave suavecito. Se escribió que Coalición ganaría el tiempo perdiéndolo hasta finales de julio porque el marianismo vigente, conectado al 175 que da paso al 176, había bendecido dejarlo correr, dejarlo dormir. El hilo conductor de lo ocurrido estas últimas semanas es la crónica de una negociación ficticia, irreal. El relato por entregas de la negociación ha sido el guion de una serie de entretenimiento, poco más. Era hoy, dos meses después, cuando iba a tener lugar la primera conversación verdaderamente sustancial; hoy cuando en Madrid empezaba y acababa esta negociación. Hoy, en el transcurso de la charla que mantendrán Mariano Rajoy y Fernando Clavijo, iba a decidirse si el PP entraba o no en el Gobierno. Siendo así (y así estaba previsto, pero el PP local optó el miércoles por tirar la toalla) se confirma que la ristra de conversaciones informales, comisiones negociadoras, telefonazos y recados periodísticos que precedió a la reunión de hoy fue el relleno del pavo, solo envoltorio, distracciones para ganar tiempo perdiéndolo. Rajoy y Clavijo se ven finalmente hoy, justo el día que actuará Luis Fonsi en las Islas; estaba escrito. Si Rajoy dice sí habrá acuerdo CC-PP, un pacto de gobernabilidad con Ana Oramas y Asier Antona contribuyendo desde fuera a la estabilidad de los gobiernos de allá y acá.