puerto de la cruz

Un árbol con las raíces bien firmes

La comunidad india celebra en el Puerto de la Cruz los 70 años de su independencia y confirma los estrechos lazos de hermandad que tiene con la ciudad
La comunidad india en Puerto de la Cruz estuvo ayer de celebración. | DA

Como cada 15 de agosto, la comunidad hindú de Puerto de la Cruz conmemoró una fecha muy especial: la independencia de la India en 1947. Lo hizo en la sede de su club, ubicado en el número 25 de la calle Agustín de Betancourt y sin grandes ostentaciones, cantando el himno nacional, con danzas y degustación de comida típica y un recordatorio a Gandhi. Una independencia que es símbolo de alegría, cultura, paz y tradición que se transmiten a través de las diferentes generaciones.

También quiso hacerlo con la presencia de personas con las que se encuentran unidas por lazos de fraternidad y hermandad. Así, el alcalde, Lope Afonso, y varios concejales de la Corporación municipal simbolizaron la estrecha relación que tienen los pueblos español e hindú desde hace más de 50 años.

En el Puerto de la Cruz hay cerca de 400 hindúes, una cantidad pequeña si se tiene en cuenta que el municipio fue uno de los primeros lugares de España en los que se asentaron, al cruzar desde Tánger. Con el paso de los años se fueron trasladando al Sur de la Isla y a Las Palmas de Gran Canaria.

Muchos de los asistentes al acto de ayer se fueron del país cuando los ingleses se retiraron. Otros, al poco tiempo, ante un futuro lleno de incertidumbres. Pero todo eso forma parte de un pasado que algunos ya no se acuerdan pese a que “su esencia sigue siendo la misma y las raíces del árbol de hace 70 años se fortalecieron”, como dijo ayer uno de los niños en el acto.

Una frase que reafirma que los hindúes que viven en el Puerto no quieren dejar atrás su cultura, pero que han adoptado la canaria y las dos se entremezclan sin inconvenientes.

Es el caso de Duru Melwani y Kishen Mansukhani, ambos pertenecientes a las dos primeras familias que llegaron a la ciudad a comienzos de los años sesenta, en la época dorada del turismo.

Así lo recuerda la primera, natural de Mumbai (Bombay), la ciudad más poblada del país, quien arribó a Canarias en 1961, con once años. A los 16 empezó a trabajar con su progenitor y a aprender idiomas para desenvolverse en la cuna del turismo en España. El único temor de su familia era que se casara con un hombre que no fuera hindú, pero no la defraudó. A los 22 años lo hizo con un joven de Hyderabad con el que vivió en Málaga durante cinco años. Finalmente regresaron al Puerto porque así se lo pidieron sus padres al ser la única hija mujer.

“Mis recuerdos de los primeros años son muy bonitos”, dice, pese a que había muy pocas familias hindúes y “no se mezclaban” con los lugareños “porque su mentalidad era muy cerrada”. Sin embargo, eso fue cambiando poco a poco y las nuevas generaciones conviven perfectamente y también han estudiado y diversificado sus oficios y profesiones.

Así se los ha transmitido a sus descendientes y prueba de ello es que su hija, Dimple Melwani, es la concejal de Turismo del municipio, y la primera persona de esta nacionalidad que ocupa un cargo político en una institución pública.

Duru se considera afortunada porque los portuenses la han acogido muy bien. También es cierto que ella se ha adaptado muy bien a su sociedad, “pese a que hay personas que llevan 40 años viviendo en la ciudad y no lo han podido hacer”, sostiene.

La historia de Kinshen Mansukhani es diferente porque se fue de Allahabad con cinco años. Actualmente tiene 75 y hay muchas cosas que ya se han borrado de su memoria. Tanto él como sus hermanos nacieron en la parte de India que después formó parte de Pakistán. Recuerda de salir de un tren de la zona conflictiva hacia el campamento de refugiados, junto con toda su familia. Allí estudió en un colegio y luego se trasladó a un colegio en Nasik donde permaneció dos años y luego a un internado en Deolali, en uno de los mejores colegios. Allí falleció su padre y tras este acontecimiento vino con su hermana mayor a Tenerife. El resto quedó en India y llegó poco tiempo después. Desde entonces, viven en el Puerto, “un lugar perfecto para todo el mundo”, declara con una alegría que se refleja en su rostro.

Una frase que resume los estrechos vínculos que unen a Canarias con la India y en este caso, con los portuenses. Lazos que permanecen intactos desde hace varias décadas y que también están conectados, casualidad o no, por una fecha célebre en el calendario para ambas comunidades: el 15 de agosto.

Club India: Su presidente mantiene las costumbres y las acerca a los vecinos
Fue en 1965 cuando la comunidad hindú compró la actual sede del Club India, donde celebra ceremonias religiosas y actos culturales y sociales. Allí se ubica un pequeño templo y un restaurante Aromas de la India, considerado como uno de los mejores de comida típica. Su presidente desde hace tres años es Sunil Deepak Rijhwani. Dada su juventud, ha arrastrado a las nuevas generaciones a mantener las costumbres de la India y acercarlas a la población portuense. Es una comunidad que le da mucha importancia a las personas mayores, a las que tratan siempre de usted, algo que les han inculcado desde pequeños, igual que el valor que tiene la familia

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