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La playa ‘nueva’ de San Andrés

La construcción del dique del pueblo pesquero de Santa Cruz hizo aflorar la que fuera la playa del Cabezo, un espacio que los vecinos empiezan a demandar que se acondicione mínimante, con una acceso menos peligroso que la escollera
Playa San Andrés
Playa San Andrés
FOTO: FRAN PALLERO

Por Sergio Moreno

En estos días en los que las playas de la Isla amanecen infestadas de las conocidas como microalgas, se agradece que haya pequeños espacios en los que el baño aún es posible aunque solo sea por unas horas al día. Echando la vista atrás, exactamente 44 años, coincidiendo con la construcción de la playa de Las Teresitas, tal y como ahora la conocemos, el pueblo de San Andrés dejó de disfrutar de su propio espacio de baño, de la playa del Cabezo. La construcción del rompeolas de Las Teresitas, hizo que la playa desapareciese. Con la construcción de las Teresitas, en 1973, Santa Cruz ganó una salida al mar de gran categoría, pero el pueblo de San Andrés se quedó sin un rincón para el baño.

Ahora, curiosamente, otra construcción, la del dique, hace que el Cabezo vuelve a asomar. La barrera de protección construida entre 2014 y 2016, además de haber permitido que la arena negra volviese a la costa de San Andrés, actúa como rompeolas creando una playa que permanece en calma la mayor parte del año. La arena empezó a depositarse poco a poco tras el rompeolas inicial que protegía al pueblo de las tormentas marinas. Cuando baja la marea ya existe una pequeña playa aprovechable sólo un par de horas al día. Una vez sube la marea, toca descansar sobre las rocas de la escollera.

El mayor problema del nuevo Cabezo es su accesibilidad. Sólo se puede llegar hasta la arena atravesando las grandes piedras que componen la escollera de la Avenida Marítima, algo que puede resultar peligroso especialmente para bañistas de mayor edad. Por este motivo distintos colectivos, como el de Habla. Juntos por San Andrés, proponen, para ganar espacio, que se retiren algunas de las piedras de la escollera y se haga un acceso seguro.

El colectivo incluso va más allá y sugiere que, en un futuro, se celebre un concurso de ideas como mejor opción para desarrollar este espacio. Ahora, antes de que ninguna reforma se haya puesto en marcha, la cala es una salida al mar poco transitada, especialmente para tratarse de una de las más cercanas al centro.

En la mañana de un día laborable de agosto, los bañistas pueden contarse con los dedos de las manos (a pesar de estar a casi 30 grados). Los usuarios declaran que los fines de semanas el público puede ser de más de 20 personas, y que en algunas fechas especiales como las fiestas del Carmen, la playa sí rebosa gente.

Obras

Los bañistas expresan diversidad de opiniones sobre las obras propuestas. Marta, una vecina de San Andrés, afirma estar completamente en contra de habilitarlo. La bañista comenta que ya tienen una playa habilitada, “de arena y grande al lado del pueblo”, y que la “intimidad” es el mayor de los encantos de la cala. Además, expresa que a pesar del escaso público, “la playa está sucia algunas veces” por lo que, si fuese utilizada por más gente, “se pondría peor”. Finaliza ejemplificando con el muellito, construido a unos 200 metros de la playa, y que afirma “está siempre lleno”.

Vicente, otro bañista del Cabezo, traslada un punto de vista totalmente distinto. Para él, es especialmente necesario que se acondicione el acceso a la playa, pues afirma que ahora mismo “es un peligro”. Vicente , quien también es habitante de San Andrés, explica que “muchos vecinos se han caído y se han hecho daño tratando de acceder a la playa, eso es lo que hay que evitar”.

Un empujón económico para los comercios del pueblo costero

La decisión del Ayuntamiento sería vital para los comercios de San Andrés. Pasarían de ser un pueblo costero a un pueblo con playa, además uno de los pueblos con playa más próximos a Santa Cruz. Sería muy fácil que las cifras de los clientes se disparasen, tanto en bares y restaurantes como en otro tipo de comercios. El propietario de uno de los locales de primera línea de playa considera que ni siquiera debería ser necesario recoger firmas, pues opina que “es algo que beneficiaría al conjunto de los ciudadanos, no hay motivos para estar en contra, es como en su momento era totalmente necesario el rompeolas y no hacía faltas recoger firmas, porque cada año el mar hacía estragos”·

El comerciante confía en que el proyecto acabará llevándose a cabo pero se muestra escéptico con respecto a los plazos “tardará seguro más de 10 años”.

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