el charco hondo

Con las algas al aire (I)

Obviando los nombres y apellidos de quienes participaron en la reunión (por no herir sensibilidades, incluso silénciese la isla donde se celebró), un buen puñado de años atrás se sentaron alrededor de una mesa las autoridades locales del lugar con el responsable de Seguridad de la Casa Real

Obviando los nombres y apellidos de quienes participaron en la reunión (por no herir sensibilidades, incluso silénciese la isla donde se celebró), un buen puñado de años atrás se sentaron alrededor de una mesa las autoridades locales del lugar con el responsable de Seguridad de la Casa Real. El encuentro, habitual cuando se prepara un evento de cierta envergadura, arrancó inoportunamente con la desesperante intervención de un colaborador, que agotó a los convocados con una descripción tan detallada como estrafalaria de lo que, a su juicio, podría hacerse cuando los Reyes llegaran al acto en cuestión. Cuando terminó su intervención, el responsable de la Casa Real, frío, tajante, básicamente harto, secó al asesor con una frase muy recordada. Si hemos acabado con las chorradas, ¿podemos empezar de una vez esta reunión? -cuentan que dijo-. Algo similar está pasando con el pimpampum de feria veraniega que los responsables públicos han montado a cuenta de las microalgas. Con los representantes de las diferentes administraciones sentados informativamente alrededor de la mesa, el debate ha arrancado con un desesperante bucle argumental sobre la vinculación (o no) de microalgas y vertidos, una espiral agotadora de confirmaciones y desmentidos, un laberinto que no tendrá salida mientras centren la discusión en demostrar o desmontar la tesis de que las microalgas empezaron con los vertidos. No, obviamente no. Cosa diferente, y así lo apuntan Nature y muchos especialistas, es que los vertidos de aguas contaminadas estén generando efectivamente un hábitat propicio en las Islas para la creciente aparición o multiplicación de microalgas. Si pones comida para gatos en la puerta de casa, cada vez más gatos cogerán el hábito de acercarse a la puerta de casa. ¿Hay vinculación entre las visitas del gato y la comida? Pues, según Nature, parece que sí. Si hemos acabado con las microalgas, ¿podemos empezar de una vez a hablar de los vertidos?

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