microalgas en canarias

“Sobre las cianobacterias hay que debatir científicamente con pruebas”

Es una de las autoridades en Canarias en su especialidad: la botánica. A sus casi 84 años (que cumplirá este mes), Wolfredo Wildpret de la Torre mantiene el vigor y el rigor intelectual que siempre le caracterizó, junto con una incombustible defensa de la naturaleza canaria
Wolfredo Wildpret, catedrático emérito de Botánica de la ULL. Andrés Gutiérrez
Wolfredo Wildpret, catedrático emérito de Botánica de la ULL. Andrés Gutiérrez
Wolfredo Wildpret, catedrático emérito de Botánica de la ULL. Andrés Gutiérrez

Es una de las autoridades en Canarias en su especialidad: la botánica. A sus casi 84 años (que cumplirá este mes), Wolfredo Wildpret de la Torre mantiene el vigor y el rigor intelectual que siempre le caracterizó, junto con una incombustible defensa de la naturaleza canaria. El catedrático emérito de la Universidad de La Laguna y Premio Canarias opina que sobre el fenómeno de las microalgas (cianobacterias) es necesario más debate científico y menos “psicosis y planteamientos políticos”, pues a su juicio, la hipótesis de que puede tener relación con los vertidos de aguas residuales “es válida, pero hay que demostrarla”. Wildpret aboga por limitar el acceso al pico del Teide por su “grave deterioro” y le preocupan los “desmanes” que pueda amparar la nueva Ley del Suelo porque “en este momento prima lo especulativo, el destrozo de la naturaleza” y no el “equilibrio entre economía y ecología” en el Archipiélago.

-Las científicamente llamadas cianobacterias, de la especie Trichodesmium erythraeum se han convertido en un problema ya en nuestras costas…

“Tiene ese nombre porque donde se descubrieron por primera vez fue en el Mar Rojo. Erythraeum significa rojo. Tienen un pigmento fotosintetizador que se llama eritrina, y al descomponerse le dan un color rojo al agua. Yo he podido hacer un seguimiento de este fenómeno en Radazul, porque en su muelle me baño todos los días, y allí en un día con la marea alta, pero muy tranquila, se llenó el pequeño muellito de Radazul, y al ir bajando la marea dejó en la pared un cronomatograma verde, azulado y rojo, y al mismo tiempo un mal olor, que es la descomposición del nitrógeno que esta cianobacteria absorbe, se transforma en amoniaco y huele a meados podridos. En Bahía, Brasil, tuvieron un problema también con unas mareas de estas, y hablaban de que no parecían peligrosas pero podían darse casos de dermatitis y si se ingerían podían producir algún trastorno, pero no eran letales. Pero allí, como aquí, son antiestéticas para el turismo, por su aspecto a color caca y olor a meado. Mis observaciones no tienen ningún tipo de valor científico, pero veo que tan pronto como se levanta el alisio y se empieza a mover el mar desaparecen. Hemos tenido un aumento de la temperatura del mar y un un agosto con un alisio muy flojo. Así que está clarísimo que los fenómenos que la propagan son la temperatura y la quietud del mar”.

-Dos científicos israelíes, Eyal Rahav y Edo Bar-Zeev, en el Mediterráneo han concluido que en Israel unos vertidos de aguas residuales han desencadenado un bloom de la misma especie que en Canarias. ¿No sería conveniente estudiar aquí cómo pueden influir nuestros abundantes vertidos al mar?

“Mi hipótesis de reflexión es que el hecho de que en esa zona del Mediterráneo Oriental se haya podido detectar que estas cianobacterias hayan aumentado por un incremento de nitrógeno, procedente básicamente de que el delta del Nilo es un gran vertedero de materia orgánica y de fertilizantes. En costa de Israel, el Líbano y Siria.. con los conflictos que tienen ¿pueden preocuparse de las aguas residuales?”.

-¿Se debe descartar que en Canarias no tengan relación esta proliferación de Trichodesmium y las aguas negras?

“En ciencia no se debe hacer nunca ese descarte, lo que pasa es que las personas que opinan de eso lo que tienen que hacer es aportar datos”.

-¿Qué le parece la opinión al respecto del subdelegado del Gobierno, Guillermo Díaz Guerra, quien está convencido de que las aguas residuales han propulsado este fenómeno, aunque su principal causa sean meteorológicas por el cambio climático?

“Por el mero hecho de que él es farmacéutico como yo, le mandé el estudio de los israelías, que yo había leído poco antes de aparecer la noticia en DIARIO DE AVISOS, pues era de fines de junio su publicación.Y se lo mandé porque pensé que han caído encima de él por opinar así José Luis Valbuena y Rosa Dávila, y me preguntó qué saben ellos de esto como para decir que es mentira. A pesar de que políticamente estoy en los antípodas del subdelegado, Guillermo Díaz es amigo mío y es farmacéutico e inspector de Sanidad”.

-¿Qué recomienda usted para abordar esta cuestión?

“Yo pienso que la clave aquí está en rebajar el nivel de la psicosis, segundo quitar totalmente lo que puede ser planteamientos estrictamente políticos y sentarse a hablar. Es decir, todo el mundo coincide en que de alguna manera lo que dice la ciencia está aceptado, lo que pasa es que hay dos temas de discrepancia: los que dicen que no tienen nada que ver ambos fenómenos y los que dicen que sí tiene algo que ver. Así que hay que reunirse, discutirlo y aportar pruebas”.

-La hipótesis de Díaz Guerra y de los citados israelíes de que esta cionaobacteria no solo se alimentan de nutrientes de la calima y del aire sino también de los que están en el agua del mar provenientes de aguas residuales… ¿qué le parece entonces?

“Es un hipótesis y como tal debe de considerarse, y aunque es válida, para que sea verdad hay que demostrarla”.

-En Israel eso han intentado hacer esos dos investigadores…

“En efecto”.

-La realidad es tenemos un problema con las aguas residuales por emisarios que no cumplen la legalidad vigente…

“Sí. Yo llevo mirando años en la Hondura, y Alberto Brito me dice que incluso hay peces con malformaciones, incluso lo hemos atribuido a la posibilidad de que en esas aguas residuales hubiese residuos radiactivos, de las pruebas que se emplean en medicina o experimentación biológica. Todo el mundo me ha dicho que no, pero ahí entramos en el mundo de la mentira y ocultar la realidad. Yo el problema de las aguas residuales lo he denunciado miles de veces. Nos estamos olvidando de los problemas ambientales y solo queremos resolver situaciones económicas de momento pero no de futuro. Estamos jugando más a resolver la economía que la ecología, cuando entre ambas debería haber un equilibrio. Ambas tienen la raíz eco, que en griego es casa, por lo que la economía es la gestión de la casa y la ecología es el estudio de la casa. Esos dos conceptos filosóficos deberían estar equilibrados para que hubiese armonía y desarrollo sostenible”.

Foto: Andrés Gutiérrez

– ¿Qué le parece la nueva Ley del Suelo y de Espacios Naturales Protegidos de Canarias que entra en vigor la próxima semana?

“Tengo una visión naturalista, no soy arquitecto ni abogado; pero sí pienso que ante el panorama actual de Canarias el peligro que se cierne es grave, porque vivimos en un periodo tremendamente especulativo, estamos dejando de lado los problemas de tipo conservacionista y prima lo especulativo, que es destrozar. Por el sur de Tenerife veo máquinas levantando de todo haciendo verdaderas catástrofes sobre nuestros paisajes, porque estamos creciendo demasiado rápido. Y hay quien dice que este territorio puede soportar hasta 20 millones de habitantes, y yo creo que no, que es excesivo. Arquitectos como Faustino García Márquez han advertido de que con esta Ley del Suelo pueden producirse desmanes. Cuando hicimos la Ley de Espacios Naturales de Canarias fue un éxito internacional proteger el 40% del territorio, y fue aprobada por unanimidad del Parlamento autonómico. Ese hito tiene dos fallos: no hemos puestos en marcha los planes de uso y gestión de esos espacios protegidos, muchos de ellos de Interés Comunitario, y nos lo advierte la UE, que nos puede multar, y eso se está callando”.

-Usted sigue siendo miembro del Patronato del Parque Nacional del Teide…

“Ahora soy miembro de honor, y representante de la Universidad de la Laguna sine die. Fui 11 años su presidente, y me destituyeron de ese patronato, no sé por qué; me sustituyó don Ricardo Melchior”.

-Ahora gestiona el Parque Nacional el Cabildo. ¿Qué consecuencias puede tener ese cambio de gestión y qué le parece que se pretenda restringir usos?

“El Parque Nacional, en su 80%, está como nunca, extraordinario; mucho mejor que en la época guanche, desde un punto de vista biológico, porque es inaccesible y no hay presión de ganadería. La recuperación ha sido brutal desde el año 1954 en que se declaró Parque Nacional y a pesar de los muflones, que no se han podido erradicar”.

-¿Qué ocurre en el 20% restante?

“Hay una presión brutal por tantos visitantes. Hay una obsesión por subir a las montañas en este planeta. Y muere gente por eso, aunque no se suele tocar ese dato. Es un tabú, porque repercute en el turismo. A mí me han dicho cifras realmente espantosas en Las Cañadas. Y además está el riesgo de que pueden rodar piedras porque el Teide tiene una inclinación muy fuerte, y cualquier movimiento sísmico puede provocar un desprendimiento hasta la base”.

-Usted se opuso con bastante firmeza a la construcción del puerto de Granadilla…

“El argumento que yo tenía estaba apoyado por datos técnicos de ingenieros y pilotos de barcos. Además, el muelle de Santa Cruz de Tenerife, salvo los cruceros, está siempre vacío, y ahora tienen las torres esas de las plataformas petrolíferas. ¿Qué necesidad había en aquel momento de hacer ese puerto en Granadilla? Estuve recientemente allí y me quedé decepcionado de esa obra. Si todo lo que ha costado se hubiese empleado en resolver el problema de las aguas residuales, hoy no tendríamos ese problema. Y hay que invertir en educación, sanidad y cultura, si queremos tener una sociedad justa, sana y competitiva. Porque ¿cuánto nos puede durar el turismo, ahora con circunstancias geopolíticas que nos favorecen ? ¿Qué pasa con nuestra agricultura, con un campo abandonado, y subvencionado?”

-¿Había intereses particulares y no generales en ese puerto?

“La política ha tenido un problema grave en este país y en todo el mundo: la falta de transparencia, el intentar quitarle hierro a los asuntos”.

-¿Cómo estamos en cuanto a especies exóticas invasoras que se convierten en plagas?

“No solo las plantas que vemos, también lo que no vemos: virus, bacterias e insectos. Cualquier ser humano que viene de fuera puede traer contaminantes, o los contenedores que vienen de China. Se están viendo bichos nuevos que llegan a estas islas por los contenedores”.

-¿Y pueden entrar también especies invasoras por las plataformas petrolíferas?

“Sí, ahí debe haber un control. Se han empezado a ver peces que no son los de aquí. Influye el calentamiento global y hasta el volcán de El Hierro, pues ahí hay un cambio de temperatura y se ha llenado de peces que son interesantes desde punto de vista comercial. En las plataformas, teóricamente ¿por qué no van a entrar especies exóticas?. En los años 70 Cepsa me pidió si se podían evitar lo que venía en los cascos de los petroleros del Sur, pues por el cierre del canal de Suez, hacían un trayecto mayor, y sufrían un poblamiento en los cascos que retrasaba en uno o dos días el viaje por la resistencia debido al rozamiento con los seres vivos que se adherían a los cascos. Así que es posible lo que comentaba usted de las plataformas petrolíferas”.

-Canarias tenía una agencia del cambio climático y fue suprimida. ¿Nos estamos preparando para el calentamiento global?

“Creo que eso ha sido uno de los fracasos ambientales en Canarias, suprimir esa agencia, sobre un problema que es hoy una obsesión mundial a nivel político y científico, aunque hay algunos que discrepan. Sin duda vamos camino de un calentamiento que precede a una futura glaciación, estamos en periodo interglaciar. Pero una enorme cantidad de personas, entre ellas yo mismos, creemos que el ser humano está ayudando a eso, deforestando y contaminando.”

-¿Qué le parece la polémica por la tala de árboles en la calle de Méndez Núñez, en Santa Cruz?

“Hace una semana se desplomó un árbol centenario en Funchal y mató a personas. Esos árboles de Méndez Núñez tenían enfermedades perfectamente diagnosticadas. El centro de Santa Cruz tiene 40.000 arboles, de los que 7.000 son palmeras y cerca de 5.000 flamboyanes. Creo que había que quitar esas jacarandas, en una calle tremendamente contaminada; además los alcorques no eran los adecuados, pero también creo que los árboles con que han sustituido a los anteriores no son los adecuados”.

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