Unas 40.000 palomas. Esa es la población estimada que una ciudad como Santa Cruz puede tener de estas aves, dado su tamaño y número de habitantes. Con el objeto de cerciorarse de si esa cifra es correcta y proceder a su control y sistemática disminución, el nuevo contrato de control de plagas, actualmente en licitación, dispone que la empresa que resulte adjudicataria, debe elaborar un censo tanto de las palomas como de sus puntos de nidificación. Una vez se cuente con estos datos se podrá hacer un mayor y mejor control de estas aves que se han convertido en una plaga para Santa Cruz. “Ahora mismo estamos hablando de una población que se encuentra muy disgregada por la ciudad, no hay puntos concretos en los que se produzcan concentraciones de estas aves”, detalla el concejal de Medio Ambiente, Carlos Correa (PP). El edil explica que este nuevo contrato, que por primera vez auna todo el trabajo de control de plagas en una sola licitación, “nos va a permitir trabajar de manera más organizada y disponer de mayor presupuesto, que pasa de 90.000 a los 150.000 euros”.
Novedades
Y es que este aumento de presupuesto va a permitir incorporar algunas novedades como por ejemplo la desratización de las zonas rurales. “Habrá una campaña específica para el Parque Rural de Anaga y las zonas más alejadas de los núcleos habitados en el incorporará un programa de control de las colonias de mosquitos en aquellas zonas más propensas a que se formen charcas después de las lluvias”, añade el edil. Otra de las novedades tiene que ver con la incorporación de equipos específicos para llevar a cabo la desratización y desinsectación, uno más para el control de aves urbanas y uno que se ocupará de denuncias y reclamaciones.
En cuanto a la mayor o menor presencia de ratas, aclara el edil que, “en verano suele haber más actividad de este tipo de roedores. Ahora se realiza con una empresa la labor de desratización, conforme a lo ya pautado y a las denuncias que nos llegan”. “Reconozco que ver una rata ya es una alarma y se tiende a pensar que hay más y lo cierto es que es algo que está muy controlado. Lo que sí es verdad es que cuando se aplican los venenos aumenta la actividad en la zona. Eso ocurre durante dos semanas. La recomendación es que se llame al servicio y allí atendemos todas las denuncias y se les dirán si se ha actuado o no”. Una de las cosas que incluye el pliego es que la empresa tiene que colaborar de forma activa en las campañas de concienciación junto con el Ayuntamiento. “Se trata de recordar, por ejemplo, que no se puede dar de comer a las palomas”, concluye el edil.
Se generaliza el uso de pintura insecticida y las anillas antirroedores
Otra de las novedades que incorpora el nuevo contrato de control de plagas de la capital es la generalización de lo que hasta ahora solo era un proyecto piloto: el uso de pintura insecticida en las tapas de las alcantarillas. También se generalizará por todo el municipio la colocación de anillas antiroedores en las palmeras, lo que evitará que las ratas puedan trepar y saltar a las casas.
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