Los pescadores de Las Galletas exigen al Gobierno de Canarias y al Ayuntamiento de Arona la instalación de un puesto en el pueblo para tramitar la documentación obligatoria que les permita vender las capturas. Actualmente, para poner a la venta pescado fresco, ya sea en los puestos junto al muelle o en restaurantes, los pescadores tienen que llevarlo hasta las cofradías de Los Abrigos (Granadilla de Abona) o Tajao (Arico), donde, tal como establece la normativa desde hace más de un decenio, se procede al etiquetado de las capturas, en lo que viene a ser una ficha técnica en toda regla, con la información de la especie, su peso, el día que fue pescado el ejemplar, con qué arte y su grado de frescura. Este trámite es obligatorio para poder vender el producto y quien no lo cumpla se arriesga a una sanción de 1.200 euros si, ante una inspección pesquera o de la Guardia Civil, no presenta el certificado de primera venta, que así se denomina. El desplazamiento se tiene que hacer cumpliendo la normativa sanitaria, es decir, el pescado debe ir debidamente refrigerado y el conductor está obligado a notificar el traslado en la llamada hoja de transporte. Con este sistema se asegura que el producto es de origen legal y se evita que pescadores furtivos o de recreo puedan vender al carecer de esta documentación.
Los pescadores con los que habló DIARIO DE AVISOS, y que prefirieron no revelar su identidad, expresaron su malestar ante la “dejadez de funciones” del Gobierno de Canarias y del Ayuntamiento de Arona. “Estamos hartos, se han olvidado de nosotros y les trae sin cuidado que estemos en una situación de desigualdad respecto a otros pescadores de la comarca”. Aseguran que las actuales condiciones que tienen que cumplir perjudican gravemente sus intereses: “Meter el pescado en un coche, ponerle hielo, rellenar la hoja de transporte y recorrer por esa autopista, que fíjate cómo está, los 50 kilómetros de ida y vuelta hasta Tajao o los 32 hasta Los Abrigos nos mata. Y eso tenemos que hacerlo cada vez que sacamos un pescado del mar”.
El problema afecta a más de una veintena de barcos y a medio centenar de familias. Los pescadores de Las Galletas aseguran estar “cansados” de las promesas incumplidas. “Cuando se hizo el muelle, el grupo de gobierno municipal de entonces nos prometió que iba a instalar un punto de etiquetado. Vendieron locales, atraques y la realidad es que aquí nadie ha hecho nada. Ni los de antes ni los de ahora”.
“con el intrusismo, se va a armar”
Los pescadores de Las Galletas también se quejan de la pasividad del Ayuntamiento de Arona para hacer frente al intrusismo en los puestos del muelle, un problema cada vez mayor, apuntan.
“Hay cuatro o cinco que se han instalado, no tienen barcos, compran el pescado en otros sitios, como Playa San Juan, y lo venden aquí; un día va a haber un disgusto porque ya hay amenazas, y en cualquier momento se va a armar”, aseguran.
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