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¿Tiene Santa Cruz un problema con los vertidos?

El Ayuntamiento defiende que los seis puntos de vertidos al mar están autorizados y que solo dos están en tramitación para actualizar ese permiso; Servicios Públicos apunta a las plataformas petrolíferas en el cierre de Las Teresitas
Zonas de vertidos de aguas residuales al mar en Santa Cruz de Tenerife | DA
Zonas de vertidos de aguas residuales al mar en Santa Cruz de Tenerife | DA
Zonas de vertidos de aguas residuales al mar en Santa Cruz de Tenerife | DA

A la pregunta de si Santa Cruz de Tenerife tiene un problema con los vertidos, la respuesta del concejal de Servicios Públicos de la capital, Dámaso Arteaga (CC), es que “todos nuestros vertidos están autorizados”. El edil, consciente de la polémica surgida en torno al fenómeno de las microalgas que unos achacan directamente a los vertidos incontrolados al mar y otros al cambio climático, defiende que las aguas del litoral son seguras. “Ahora mismo, con los datos actualizados y no los que han salido publicados que son de 2007, los vertidos de Santa Cruz están autorizados. En Roque de las Bodegas no hay vertidos, el de Igueste de San Andrés está en información pública, y el de San Andrés está en tramitación. Esa es la realidad”, defiende Arteaga.

En Santa Cruz hay seis puntos de vertidos a la costa con el permiso del Gobierno de Canarias. Esto quiere decir que la autorización va acompañada de un programa de control a través del cual se hacen analíticas a la entrada y la salida de las aguas residuales, que son previamente tratadas, para reducir su carga contaminante, de forma que se reduzca el impacto sobre el medioambiente al tener una disolución muy rápida. “Bacterias como el E.Coli tiene un vida de 24 horas, por tanto, la afección al entorno es mínima. No estamos hablando de metales pesados como el plomo que sí perduran en el ecosistema marino. Estos residuos tienen una disolución prácticamente total en el medio en el que está. Lo dicen los estudios”, enfatiza el edil de Servicios Públicos.

Acorán, Añaza, Cabo Llanos, San Andrés e Igueste de San Andrés, son los puntos de vertidos autorizados por el Gobierno de Canarias al Ayuntamiento de Santa Cruz. A estos se suman dos más, el de la Refinería y el de Ecotesa. Los de Igueste y San Andrés son los que han venido dando problemas y sobre los que Arteaga insiste el Ayuntamiento hace ya más de dos años que tiene la solución pero que es la burocracia la que frena su aplicación.

El edil nacionalista descarta que el cierre de Las Teresitas o Las Gaviotas tenga algo que ver con las aguas que se vierten en la costa de Anaga. Según los datos que ofrece Arteaga, en Roque de las Bodegas ya no hay vertido al mar. “Se colocó un pozo filtrante autorizado por el Consejo Insular de Aguas”, detalla. En Taganana, “tenemos una conducción de desagües autorizada. Por tanto, en esa parte del litoral no hay vertido al mar”.

En cuanto a Igueste de San Andrés, el proyecto para solucionar los vertidos, que sí se producen de manera incontrolada por la rotura del emisario existente, ya está en información pública. “En San Andrés estamos pendientes de que se autorice el nuevo emisario. Ya hemos terminado la estación de bombeo y la conducción del vertido”. Arteaga defiende ante las voces que achacan precisamente a este último punto los episodios de contaminación de Las Teresitas, que es altamente improbable. “El punto de vertido se sitúa en un lugar en el que las corrientes dominantes vienen del nordeste es decir en dirección contraria a la de la playa”. “Es muy difícil -continúa- que el vertido se desplace hasta la costa. Si nos fijamos donde han aparecido las bacterias, es imposible que procedan de este emisario porque tendría que ser una bacterias olímpicas para nadar contracorriente y llegar hasta Las Teresitas”.

Preguntado el edil por cuál cree entonces que es el origen de esa contaminación bacteriológica, no duda en señalar a las plataforma petrolíferas. “Lo más lógico es que el entorno que contamine esté más cerca de la playa y ahí lo que está son las plataformas, es lo más razonable”.

En cuanto al fenómeno de las microalgas, Arteaga, se alinea con la tesis del Gobierno de Canarias y el Cabildo, expresadas en las últimas horas. “Ahora lo que hay son microalgas. Se está confundiendo y alarmando al decir que se está contaminando por vertido. Es cierto que estas bacterias que denominan microalgas son un problema pero no hay que alarmar a la gente. Me consta que el Gobierno de Canarias está preocupado y ocupado por este asunto”.

El edil de Servicios Públicos insiste en que “a excepción de San Andrés e Igueste, el resto de puntos tienen autorización en vigor. La tiene Acorán, Añaza, Cabo Llanos, también la salmuera de la desaladora y la de las conducciones de la Refinería que vierte en Cabo Llanos. Esas autorizaciones nos garantizan un programa de control del impacto de los vertidos en el medio”, añade.

Cabo Llanos

Aunque los episodios de cierre de Las Teresitas han centrado el interés de las últimas semanas, si hay un punto en Santa Cruz que es conocido por todos como uno de los más problemáticos es el de La Hondura, espacio en el que los vertidos de la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) de Cabo Llanos han provocado que incluso el propio edil de Servicios Públicos esté imputado junto a otros responsables políticos por los vertidos que, supuestamente se realizaron en la zona sin cumplir con los requisitos que la autorización administrativa exigía.

Ahora, la inversión de 900.000 euros que se realizó de forma conjunta entre el Cabildo y Emmasa para instalar un sistema de microtapices en la EBAR de Cabo Llanos, defiende Artega, ha reducido por encima de los límites exigidos el contenido contaminante del vertido de la EBAR en esa zona. “La contaminación se reduce más de lo que nos obliga la autorización gracias a los microtapices que se han instalado. Los solidos en suspensión se han reducido en el 42% y la mínima exigida es del 20%. La presencia de E.Coli se reduce el 71% aunque no nos exigen una cifra concreta y la de intestinos el 40%. En conjunto se reduce, de media, cerca del 50% de cualquier tipo de contaminantes”.

Arteaga está convencido que el vertido en La Hondura no perjudica al medio marino. “El efecto por contaminación por bacteria que puede tener ese vertido se diluye y desaparece en días, una vez cesado el vertido, no va a haber ningún tipo de contaminación bacteriana. Eso tiene una capacidad de regeneración muy intensa y muy importante de forma natural”.

Ante las voces que dudan sobre una afirmación tan contundente y que una vez cese el vertido pasarán años hasta que la zona se recupera, el concejal nacionalista señala que, “el estudio que nosotros tenemos dice que en semanas desaparece”. Con tono algo más irónico añade, “en cualquier caso, si queremos que aquello sea un vergel de fauna habrá que poner un arrecife para que atraiga a la fauna. Si es lo que se quiere para La Hondura, por hundir pecios no hay problema, pero hay que recordar que ese espacio está declarado zona portuaria”.

Esto en la práctica viene a suponer que las competencias municipales en esa lámina de agua, más allá del vertido son inexistentes. “Es una zona de fondeo de barcos vinculada a la actividad de la Refinería. El muelle de La Hondura sigue siendo una lamina de agua controlada por la autoridad portuaria y definida como zona portuaria. En cualquier caso, en dos o tres años a lo sumo, por lo menos nuestro vertido se eliminará”. Cuando menciona Arteaga “el nuestro”, se refiere a que en aquella zona también vierte la Refinería y Ecotesa, ambos con autorización. “Los residuos orgánicos se eliminarán al 100% con la ampliación de la depuradora y si en algún momento se alivia, será agua tratada. No va a haber impacto bacteriológico ninguno salvo la residual del Palmetum pero al afecto del entorno no tiene mayor complejidad”, insiste el concejal.

Depuradora

Preguntado Arteaga por si, precisamente, el anuncio del Estado de que licitará este mismo año la ampliación de la depuradora, es la mejora noticia que podían darle, responde que “desde luego”. “Estamos hablando de una inversión de 32,4 millones de euros que, además de estimular la economía de la ciudad, viene a resolver uno de los problemas que sufrimos desde hace décadas”. “Mientras algunos lo único que han hecho es quejarse y gritar -continúa- otros nos hemos puesto a resolver el problema y para ello, la solución que dijimos desde el principio, ampliar la depuradora con una tecnología de membranas, es la que se ha elegido”.

Inversión

“Santa cruz ha cambiado su radiografía en los últimos años. LLevamos dos años con un trabajo intenso y al final de año se verán los primeros resultados. Estamos concentrando recursos propios junto a los de Emmasa y Sacyr, los del Cabildo de Tenerife y del Estado para, gracias a una inversión sin precedentes, cambiar por completo el saneamiento en la ciudad”, concluye el concejal de Servicios Públicos de Santa Cruz.

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