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Yo solo tengo miedo en Latinoamérica

Yo tampoco tengo miedo. Ni en España ni Europa. Pero si en América pues, pese a que con idéntico perfil terrorista al de Barcelona y Cambrils, se ensangrentó Argentina dos décadas atrás con los atentados a la embajada de Israel y la Mutual Israelita (AMIA). Allí aun nada se sabe al respecto y los países vecinos jamás colaboraron.

Yo no tengo miedo en España y en Europa pues, aún cuando el ’Riesgo Cero’ no existe, la cooperación entre fuerzas de seguridad, Fuerzas Armadas y servicios de inteligencia, ha impedido muchos atentados, y los culpables de los perpetrados han sido abatidos, o juzgados y condenados.

Pero si lo tengo en Latinoamérica, pues nada se hizo tras las mencionadas masacres perpetradas en Argentina, y persiste la falta de cooperación entre países, pese a ser una región con puntos calientes como la “Triple Frontera” (lugar donde coinciden las fronteras de Brasil, Paraguay y Argentina), desde la cual se alimenta, con aportes voluntarios y forzosos de la amplia comunidad musulmana residente, a grupos terroristas yihadistas históricos y nuevos, gracias a la laxitud legal paraguaya, y porque a Venezuela la gobierna un régimen que exige la libertad del asesino Ilich Ramírez (alias “El Chacal“), quien en 1998 anunció, desde su celda en Francia, que su heredero sería Osama bin Laden.

Si tengo miedo en Latinoamérica pues, especialmente en los países que padecieron el represivo Plan Cóndor contra el terrorismo marxista-leninista de los años setenta del siglo pasado, sus Gobiernos democráticos carecen aún de una estrategia de cooperación en todos los ámbitos y, sin que desconozcamos ese genocidio continental, pasaron de la “Verdad y Justicia“ a la venganza, desprestigiando y desmembrando a sus Fuerzas Armadas, de Seguridad e inteligencia, por lo que hoy anidan delincuencia común, narcotráfico y corrupción endémicas, y mañana pueden ser nido yihadista incontrolable.

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