Las cianobacterias continúan instaladas en las costas tinerfeñas. Ayer le tocó el turno a la santacrucera playa de las Teresitas, aunque a lo largo de la jornada también se avistaron en la zona de Los Abrigos, en Granadilla. Desde primera hora de la mañana de ayer varios bañistas se pusieron en contacto con este periódico para alertar de la existencia de microalgas en la playa de Las Teresitas, incluso, de peces muertos. Al cierre de esta edición, el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Santa Cruz mantenía la bandera amarilla en la playa capitalina que desaconseja el baño.
Al respecto, el concejal del área en la corporación local, Carlos Correa, insistió en que el Ayuntamiento ha cumplido “a rajatabla con el protocolo emitido por Salud Pública en su momento, desaconsejando el baño con bandera amarilla cuando los niveles de cianobacterias llegan a los límites fijados y cerrando aquellas partes del litoral que lo superan”
En línea con el argumentario seguido por el Gobierno canario, el edil santacrucero insistió en que la proliferación de cianobacterias del tipo Trichodesmium detectada durante los últimos meses obedece “a que han surgido en el océano por un cóctel meteorológico poco frecuente que ha producido, además, que las corrientes marinas las arrastren hasta la costa”
Correa se basó en las afirmaciones de “prestigiosos” científicos que defienden que las cianobacterias “habitan en este mundo desde hace millones de años y, además, está demostrado que se alimentan del nitrógeno libre de la atmósfera”.
De igual manera, Correa quiso tranquilizar a la población argumentando que este verano “ha sido escaso en alisios, lo que ha facilitado el aumento de la temperatura en el agua. La media en Las Teresitas, por ejemplo, ha sido de 23 grados centígrados y lo normal es que esté a 20 grados en esta época del año”. Precisamente ayer, en la comisión de control, el concejal de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Santa Cruz, Dámaso Arteaga, aseguró que en Santa Cruz “no se vierten al mar aguas sin tratar”, y agregó que “la capital cuenta con las autorizaciones pertinentes y se esmera, a través del desarrollo de un plan de etapas, en minimizar el impacto ambiental en el tratamiento de las aguas”. Esta comparecencia se produce después de que el fenómeno de las microalgas pusiera sobre la mesa la catastrófica gestión del tratamiento de las aguas en las Islas. La propia consejera de Política Territorial del Gobierno regional, Nieves Lady Barreto, reconoció en el propio Parlamento de Canarias que actualmente hay 246 vertidos sin autorizar en las Islas, de un total de 355, es decir, que prácticamente el 70% de dichos vertidos en las Islas no son legales.
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