microalgas en canarias

El Gobierno se ahoga en millones de litros de agua vertidos sin tratar

Nieves Lady Barreto anuncia fondos para los científicos ante el temor por las ‘mareas rojas’ entre las durísimas críticas de la oposición; Déniz: “los vertidos alimentan las cianobacterias”
El diputado de Podemos Francisco Déniz, ayer en la tribuna de oradores. ANDRÉS GUTIÉRREZ

El Gobierno de Canarias se ahogó ayer entre los millones de litros de agua sin tratar que día tras día se vierten en Tenerife. Así se resume el vapuleo sufrido por la consejera de Política Territorial, Nieves Lady Barreto, a manos de los portavoces de la oposición, que uno tras otro fueron machacando más clavos sobre la tapa que cubre la credibilidad del Ejecutivo que preside Fernando Clavijo a la hora de tratar la crisis medioambiental originada por las proliferaciones de cianobacterias en el litoral del Archipiélago, y que halla su núcleo duro en la catastrófica gestión del tratamiento de aguas vertidas al océano. Mejor dicho, en la falta de tratamiento de las mismas. Resulta significativo que, mientras Clavijo restaba importancia a los blooms en la sesión de mañana, la consejera Barreto desvelase por la tarde que iban a hacer “lo que no se hizo en 2004 y 2011”: dotar de medios a los investigadores. Esos fondos llegan desde Europa y son los destinados para el proyecto MIMAR, más de dos millones de euros en total. La representante gubernamental contó que se destinará un apartado específico para las microalgas.

Tras una intervención en la que Barreto se limitó a leer una serie de datos sobre todo lo que hay que arreglar en los vertidos que se llevan a cabo en varios puntos de Tenerife, brilló con luz propia Francisco Déniz, parlamentario de Podemos que había solicitado la comparecencia de la consejera. Su mérito consistió en contraponer el exceso técnico de Barreto con datos incuestionables: “Desde Valle de Guerra se vierten dos millones de litros de agua sin tratar al día; desde Arona/Adeje son cuatro millones más…”, denunciaba desde el atril, para a continuación afear las autorizaciones dadas, por ejemplo, al vertido “nada menos que desde un polígono industrial, el de Güímar” cuando
-recordó- era sabido que se incumplía la legislación vigente, no en balde la depuradora allí construida lleva 20 años sin entrar en funcionamiento. Otro punto fuerte de la intervención de Déniz fue su apuesta, sin ambages, por la relación entre vertidos y microalgas, un debate abierto hoy en la comunidad internacional. Defendió el de Podemos el trabajo de los científicos israelíes (“un país que no es precisamente mi preferido pero que es puntero en el tratamiento de aguas”, dijo) Eyal Rahav y Edo Bar-Zeev, del que en su día informó DIARIO DE AVISOS. También recordó al doctor en Oceanografía Física, profesor de Contaminación Marina y Oceanografía Costera en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Jesús Cisneros, quien detectó en distintas investigaciones la existencia de malformaciones en peces, tanto en las costas de Güímar como de Santa Cruz de Tenerife.

Por el contrario, los diputados Nayra Alemán (PSOE) y Román Rodríguez (Nueva Canarias) centraron buena parte de sus invervenciones en resaltar las contradicciones gubernamentales, especialmente lo que consideran ausencia de autocrítica. Alemán lo hizo con una réplica irónica en que se autoinculpaba, junto al resto de la oposición, los medios de comunicación y la ciudadanía en general, de todos los males relacionados con esta crisis medioambiental y en especial de los conocidos errores cometidos por el Gobierno de Canarias a la hora de informar al respecto. Por su parte, Rodríguez fue contundente a la hora de negar la premisa mayor de la intervención de José Manuel Pitti (CC), quien (con buen estilo, eso sí) renegó de abrir en el Parlamento un debate que considera propio de los científicos. “Se debatieron los vertidos de Doñana, se debatió la colza…”, bramó el expresidente regional con esa vitalidad por la que Barreto lo llama líder de la oposición. “Y aquí se debatirá sobre microalgas las veces que quiera la oposición, que representa a más del 80% de los canarios”, hurgaba Rodríguez en la herida del debilitado y minoritario Gobierno actual.

En cuanto a Zacarías Gómez (PP), acusó al Ejecutivo regional de “jugar al escondite” y de la conocida “desinformación”, siempre negada por Barreto, para a continuación indagar acerca de los cierres “por la presencia masiva de la bacteria E.coli en playas como El Médano o Candelaria”, recordó. Gómez exigió al Gobierno de Canarias un “compromiso presupuestario” al que no le hace ascos Casimiro Curbelo (ASG), para quien no hay dudas del serio problema existente en cuanto a infraestructuras a la hora de frenar los vertidos incontrolados. Como es propio de una formación insular, el gomero pidió una visión regional y que no se limite el debate a Tenerife.

La comparecencia de los vertidos se suma a la de las cianobacterias

No dudó la propia presidenta del Parlamento de Canarias, Carolina Darias, en reconocer que quizás se había tratado de un error, pero lo cierto es que ayer se redujeron a uno dos comparecencias distintas, según el criterio que con tanto ahínco defiende el Gobierno regional, dado que una trataba, en esencia, sobre los vertidos de aguas sin tratar al mar, mientras que la otra versaba sobre las proliferaciones de cianobacterias.

Así lo resaltó desde la tribuna de oradores, no exento de cierta sorna, el portavoz y presidente de Nueva Canarias, Román Rodríguez. En general, la oposición censuró la medida adoptada por la Mesa, al entender que se pretendía minimizar un debate que, como ayer se demostró una vez más, resulta incómodo para el Gobierno de Canarias.

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